Dienteazul y el tesoro desaparecido : (Cuento popular Nordico).
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 18 de mayo de 2014 11:02
Hemos de remontarnos
mucho en el tiempo para encontrar los años en que se dice que
sucedió esta historia que me dispongo a narraros, hablamos del año
970 , mas o menos (ya sabeis lo que sucede con las historias que
pasan de boca en boca, que la cuenta de los años flaquea y a veces
se estira o encorva) ... en todo caso si que podemos decir que en los
años en los que sucedió lo que os contare reinaba en Dinamarca el
Konungr Harald al que todos apodaban Dienteazul, un rey recientemente
converso al cristianismo, que se esforzaba por dejar atrás el pasado
pagano de su pueblo y de sofocar los ultimos reductos de la fe en los
antiguos dioses que aun quedaban.
Cuentan que era un
soberano extraño, con una mano entregaba enormes sumas de plata a
los monjes y clerigos para extender la fe de su nuevo dios, y con la
otra, empuñaba la espada y no dudaba en guerrear con otros reinos
para aumentar el peso de su corona. De este modo, Hakon de la vecina
Noruega no tardo en verse amenazado por las ansias de poder de su
vecino Dienteazul, pese a que tambien el habia abrazado el credo del
dios cristiano.
Sucedió pues, que en
este ambiente tan tenso, el soberano Harald destino una enorme
partida de plata que partio de Jelling hacia los confines del norte
de su pais , con un fin claro, que el tesoro fuese empleado en
levantar una gran iglesia en alguna urbe destacada del norte, para
asi dejar patente que la nueva religion seria a partir de ahora la
imperante, y que solo en los templos se podia rendir culto a dios,
desechando las costumbres paganas de adorar a los dioses en bosques y
espesuras.
No obstante, el soberano
hizo acompañar la carreta de un nutrido grupo de hombres armados de
su maxima confianza, y dispuso que no solo era necesario que el
tesoro llegase al norte, sino que era tambien deber de todo el reino
hacer todo lo posible por aumentarlo por el camino, para construir el
mayor templo posible en honor a Cristo que se hubiese visto en todo
el norte. Dispuso tambien que solo una causa justa podria ser
justificante para mermar el montante, en caso de una fuerza mayor que
lo requiriese, pero que cualquier merma no justificada en el tesoro
real, se pagaria con la muerte.
De este modo, partio la
carreta bien escoltada hacia el norte, y al norte llego al cabo de
unos meses , pero sucedió algo inaudito, pese a que los guardias del
tesoro real juraron mil veces que alli por donde pasaban, recaudaban
de los subditos reales todo lo que buenamente podian y lo añadian a
las arcas, y que no pararon mas que en iglesias y incipientes
refugios monasticos y algun que otro Ringborj (fortaleza circular)
mandado por los jarls al servicio del monarca, y tambien aseguraron
que nadie llego nunca a tocar la carreta por el camino, pese a los
intentos frustrados de asalto que se dieron en alguna ocasión , lo
cierto es que el montante de plata que llego al norte, no solo no
habia aumentado como el soberano deseaba, sino que era
sustancialmente menor que el que habia salido de Jelling. .
El rey estaba realmente
furioso, era evidente que alguien habia robado gran parte del tesoro
real, y eso era una total falta de respeto a su autoridad. Sucedió
que estando el monarca en esto pensamientos, le presentaron
encadenado a un hnombre, un rebelde que se decia que era un sacerdote
de los viejos cultos paganos, un reo que tenia sin duda puesto un
alto precio por su cabeza , pero tambien una gran fama de hombre
sabio.
Harald decidio ver hasta
que punto la legendaria sabiduria de aquel hombre, valiente por todo
lo demas, ya que se atrevio a preguntar porque se le sacaba de la
celda donde esperaba su muerte, y si era tan escasa la sabiduria del
consejo del rey que tenian que enturbiar sus ultimas horas llevandolo
a la fuerza a su presencia.
Harald no salia de su
asombro ¿¿¿quien era aquel hombre que hasta cargado de cadenas se
atrevia a hablarle en ese tono???. Ordeno a su guardia que se lo
presentasen, y asi, cubierto de golpes y cadenas, se presento aquel
hombre que pese a su evidente maltrato, guardaba una enorme dignidad.
- ¿Acaso no sabes ante quien estas? ¿Acaso no temes por tu vida?- Interrogo el rey.
- ¿Acaso no puedo darme ya por muerto como el resto de los mios? Ya poco me queda que perder...¿Porque habria de temer el condenado a su verdugo?.
El Konungr estaba
fascinado, nunca habia conocido a un hombre tan orgulloso y valiente,
asi que le relato lo sucedido con su tesoro, y le hizo una promesa,
ya que en tan baja estima tenia a sus consejeros, le ofrecio respetar
su vida a cambio de que mostrase su legendaria sabiduria encontrando
al ladron que habia osado meter sus manos en el tesoro real.
El sabio considero que
poco tenia que perder, ya que de un modo u otro su cabeza estaba en
manos del rey, asi que sugirio partir a hacer exactamente la misma
ruta que habia hecho el tesoro real, parando exactamente en las
mismas paradas, el rey estuvo de acuerdo, aunque no entendia muy bien
que pretendia aquel hombre , en todo caso, ordeno que se preparase el
viaje, y el extraño partio con una nutrida escolta para asegurarse
de que no huiria.
Tras un par de largos
dias de marcha, llegaron a una aldea con un pequeño centro de culto
recien formado, donde apenas media docena de monjes atendian las
necesidades de varias aldeas de alrrededor, alli les recibio el
superior de aquellos hombres de dios, y tras preparar los aposentos
para el alojamiento de la noche, compartieron una excasa cena.. El
viajero pregunto al monje por el paso del tesoro real por aquellas
tierras, y no encontro mas que amargas quejas de lo incomveniente que
era el cobro de tributos a aquellas gentes tan pobres, tras un
inviereno tan duro... el monje se quejo largamente de que aquel
esfuerzo mermaria las limosnas en el templo. Tras una larga
comversacion y unos cuantos cuernos de cerveza, el monje acabo
confesando que, habia conseguido arrancar un pequeño donativo a los
guardianes del tesoro, no mas que un centenar excaso de monedas, con
las que dotar a la congregacion de habitos y unos objetos de culto
bastante humildes..pero ¿¿acaso no era esta una causa justa para
mermar infimamente el tesoro real??...A fin de cuentas, no estaba
bien que los hombres de dios pasasen necesidades y que el templo no
contase con un caliz con el que celebrar los sagrados misterios.
Tras pasar la noche
entre los monjes, la comitiva reanudo la marcha, que no encontro
incidentes dignos de mencion, hasta que tres dias mas tarde, llegaron
a una pequeña cuidad que estaba medrando poco a poco con el
establecimiento de un puerto con embarcaderos en los que recalarian
las naves que subiesen a lo largo del rio, para vender alli sus
mercancias y surtirse a su vez de lo que la comarca podia ofrecer.
Alli se alojaron en la hacienda del Houvding, el hombre mas
prominente del lugar, que comento a lo largo de la cena, lo duro que
se le hacia encontrar bondis y jarls dispuestos a aligerar su bolsa
para la construccion de los muelles que a la larga, les beneficiarian
a todos y traerian una nueva epoca de prosperidad a la comarca...
Tras unas partidas de dados donde el extranjero perdio algunas
monedas, los animos se relajaron, y el anfitrion acabo contando que
aunque le costo un poco, acabo comvenciendo al capitan de la guardia
para que “donase” algunos cientos de monedas para las obras, con
la promesa de resarcirlas a la corona cuando la reguion prosperase
con el comercio venidero...¿ Acaso un prestamo a fondo perdido a
cambio de una sustancial medra en la economia del lugar no aportaria
a la larga unos buenos dividendos a la corona cuando esta recaudase
mayores impuestos a la gente que medraria sin duda con el comercio
venidero?, razono el houvding antes de rendirse a la borrachera y
retirarse a sus aposentos.
Tres dias mas de marcha
sin grandes incidentes a partir de esa noche, llevaron a los viajeros
a las tierras de un Jarl bastante venido a menos, con una comarca
arrasada por una razia de una tribu enemiga a la que las tropas del
rey no lograron repeler, ya que llegaron tarde para evitar una
derrota bochornosa y un imenso saqueo que habia dejado a la region en
la ruina. No hizo falta mucho para que todo el pueblo confesase que
no solo no aportaron una moneda al tesoro real, sino que no dejaron
partir a la caravana hasta que obtuvieron una generosa entrega para
paliar el hambre de los mas pequeños y consolar a las viudas de los
caidos... En viajero ordeno continuar la marcha...no necesitaba mas
preguntas alli...todos los que le escoltaban eran padres y tenian una
esposa e hijos...y la lealtad al rey estaba muy por debajo del hambre
de los suyos...entendio que si aquellos que le seguian murmuraron que
no serian ellos los que denunciasen a los aldeanos y su señor por lo
sucedido con la caravana... tampoco lo harian los que la escoltaban
aquel dia.
Asi, fue el hombre
recorriendo paso a paso y jornada a jornada toda la region...y
escuchando diferentes historias... entre ellas la de un prior que se
quejaba de que el Rey exigia la evangelizacion del pueblo, pero que
tenia que celebrar misa en un establo!.que no era esa forma digna de
dar gloria a la palabra de dios, o la historia de un Jarl que
guardaba un establecimiento fronterizo, donde se sucedian las
escaramuzas, luchas a las cuales las tropas reales, nunca llegaban a
tiempo, nada mas que para reprochar la derrota, mantener la zona en
calma excasos dias, y retirarse sin dejar alli el tan necesario
refuerzo que garantizaria la seguridad de la zona.
Estas y otras muchas
historias que siempre acababan igual, con una merma de la plata del
rey, escucho el caminante, que juzgo a menos de la mitad de camino
del trayecto de la caravana, que no necesitaba mas... y ordeno el
regreso a la corte de Harald donde se presento muy tranquilo ante el
rey que le vio aparecer asegurando que no se necesitaban mas
pesquisas para hayar a los “ladrones del tesoro real”, que el
sabia sobradamente quienes eran, pero que ni siquiera el poderoso
Harald tendria la mano lo suficiente firme para mandarles castigar
sin exponerse a las iras del pueblo.
Harald escucho los
alegatos del hombre, que conto todo lo que habia escuchado, sin
ocultar las agrias opiniones de la justicia real que habia recabado
en su trayecto... y al final , se quedo callado tras unas ultimas
palabras.
- Ahora que conoceis la verdad... es hora de que dicteis justicia...pero os advierto que no va a seros tan facil como disponer de mi cabeza... que podeis cortar por la unica falta de ser sincero...
Se dice que el rey no
solo no castigo a aquel hombre, sino que le nombro consejero real, y
que vivio largos años , aun negandose a abandonar la vieja fe en los
antiguos dioses, un “pecado” que el rey supo perdonar..al fin de
cuentas, a traves de aquella boca sincera, aprendio una gran verdad.
Que es muy facil
encontrar o inventar razones justas para repartirse lo que no
pertenece a uno... tanto o mas facil que le es al que posee el poder
y la riqueza, encontrar o inventar las oportunas excusas para no
repartirlo...
Esto es asi desde que el
mundo es mundo... “quien parte y reparte se queda siempre la mejor
de las partes”, y “del grano repartido, gran parte ha
desaparecido, todos picotearon algo... pero nadie sabe donde se ha
perdido”. Estos dichos populares o otros muy similares, podrian
servir para que entendais la enseñanza de esta historia...