Como abrazar un arbol:
Publicado por HEATHENPRIDE , sábado, 17 de octubre de 2015 9:44
Dicen que habito en
algun lugar de las tierras del frio eterno, una pequeña que vivia con sus
padres en una granja al pie de una colina.´
Con esa inocencia que
solo da la juventud, la pequeña pasaba los dias jugando en el pequeño prado que
se extendia fuera de su casa. Asi pasaba el rato observando a las cabras
pastando los brotes frescos, o persiguiendo al pequeño perro pastor que las
vigilaba.
Asi un dia, ya cansada
de tanto corretear como una liebre,le dio por mirar mas alla del prado, y
entonces lo diviso por primera vez.
Un arbol solitario,
creciendo en lo mas alto de la colina, sin ningun otro alrrededor.
-Debe sentirse muy
triste creciendo alli solito- Penso la pequeña haciendo sombra con su manita
sobre sus ojos para que la luz del sol no la cegase y pudiese ver mejor.
Asi que, sin entender
muy bien como, lo decidio… al dia siguiente subiria a la gran colina, a visitar
al gran arbol.
Y asi, aquella noche,
arropada en su camita, se preparo para su aventura, y antes de que el gallo
anunciase la llegada del alba, ya se habia levantado, y se habia puesto su
gorrito de lana, y su capote para no pasar frio.
Su madre no entendio
muy bien porque se habia levantado tan temprano, y porque insistio en llenar el
zurron con un pedazo de queso y una buena hogaza de pan para el camino…
Cuando ella le explico
que queria visitar al gran arbol de la colina, su madre sonrio y tras frotar su
cabecita y revolver los cabellos de la niña tan solo le pidio que no se
retrasase para la hora de la comida.
De esta forma, la
pequeña salio a caminar rumbo a la alta colina, sus piernas cortas no la
permitian dar grandes zancadas..pero aunque la distancia que separaba la colina
de la granja no era demasiado larga, calculo que con sus pasitos tan pequeños,
la llevaria un buen rato llegar a la cima.
De este modo, camino
durante largo rato,despacio pero sin pausas, sin demasiadas prisas, y asi, fue
acercandose cada vez mas a la cima de la colina, y cada paso que la acercaba a
su meta, le hacia contemplar con mas ansia su destino, pues ante ella se alzaba
un gran arbol, imenso, ella calculo que era tan grande que se necesitarian al
menos diez o mas niños para rodear su tronco haciendo rueda.
Y por fin llego al pie
del gran arbol, y observo que este se alzaba imponente muy alto… tanto que casi
le costaba ver donde terminaban sus ramas en la alta copa.
Y cansada , pero feliz
de estar por fin haciendo compañía al gran arbol, se sento bajo su sombra…y suspirando
despacio, apoyo su cabeza en el viejo tronco… asi, tras comer despacio un
pedazo de pan con queso, una paz y una calma muy agradables la llenaron por
completo… y cerro suavemente los ojos…
- Quien
sabe el tiempo que llevas aquí , tranquilo y solito… esta bien que nadie te
moleste ni te estorbe el bullicio de las gentes del pueblo..pero, es que te
pierdes tantas cosas que nunca veras por estar aquí plantado!
Asi la pequeña empezo
a hablarle al arbol de los verdes pastos mas alla del prado de su casa…y de la
aldea llena de buenas gentes que se encontraba al otro lado del gran rio… de
las nieves en la alta montaña, y del embarcadero rio abajo, donde los barcos de
los pescadores amarraban en el puerto.
- Nada
de eso puedes ver amigo…-Dijo suspirando con tristeza…
Y entonces le parecio
oirle… era como un murmullo suave de hojas secas traido por el viento… una voz
amable, pero que sonaba anciana, que le respondia con ritmo lento.
- No
creas que estoy tan solo, los pajaros me hacen compañía, y me alegran con sus
cantos todos los dias. Ademas, se de lugares muy lejanos, aunque mis raices
nunca se hayan separado del suelo de esta gran colina…
El gran arbol le conto
acerca de las golondrinas de paso, que le hablaban de lejanas tierras mas alla
del ancho mar, y tambien del buho sabio que conocia los bosques mas poblados de
mas al norte… y tambien del astuto zorro que conocia las tierras de los hombres
de cerca y de mas lejos… le hablo de las historias de prados verdes y campos de
abundancia que le contaron los cuervos y los inquietos conejos… y asi descubrio
la pequeña que sabia mucho aquel arbol, que atesoraba todo el conocimiento que
solo atesoran las criaturas que ven pasar los años con paciencia y calma…mientras
adquieren ese halo de experiencias que solo poseen los muy viejos.
De este modo, aprendio
la pequeña historias de cuando los hombres llegaron a los prados, un relato de hombres
aun muy inexpertos, en un mundo mas joven, que sucedió hace mucho…mucho tiempo.
Asi pasaron las horas,
con la niña con los ojos cerrados, escuchando la voz del arbol, como un
susurro, como si se tratase de un sueño.
Y entonces llego el momento
de regresar…y ella le regalo su primer abrazo… uno muy tierno, calido y lento…
y aunque era un “hasta pronto amigo”, como todos los buenos abrazos, e uno de
esos en que uno desea, que se pare el tiempo.
Dicen que a partir de
ese dia, la niña subia muy a menudo a visitar el gran arbol, y ella fue
creciendo, y el arbol haciendose mas viejo.
La niña llego a ser
una hermosa joven, y madre…crio hijos y llego a anciana con el tiempo… pero
dicen que no pasaba mas de dos dias seguidos sin subir a la colina, a abrazar y
escuchar los relatos fantasticos, de su arbol compañero…
Dicen que de ella
aprendieron algunos un poco locos, con el paso del tiempo, a pasar un rato,
abrazados a los arboles, sientiendo el latido y el susurro de sus voces,
naciendo desde muy adentro…otros cuentan, quien lo sabe?...que hasta puede ser
que el que escribe esta historia, la aprendiese de un arbol…porque una niña
pequeña le enseño a abrazarlos…y escuchar en silencio sus cuentos…
Dedicado a mi pequeña-gran maestra en el noble arte de abrazar arboles.. Guiomar .... Cuida de ella hermana Morrighan... aun me resta mucho que aprender...aun la queda mucho que mostrar!