Leyendas de A Cova da Serpe (I). Tradicinal Gallega.
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 24 de julio de 2016 6:34
Según
cuentan las antiguas leyendas gallegas que aun se relatan por la
tierra de este viejo buho ,hay lugares poblados por seres magicos,
los conocidos “MOUROS”, no porque su raza sea mora, como muchos
podrian interpretar , sino mas bien por morar en las entrañas de la
tierra y tener la pieloscura y tostada , es decir “moura”.
Asi,
cuenta la leyenda que, cuando la Serra da Cova da Serpe, (la cueva
de la serpiente) en la región de la Coruña, se cubre de nieve con
la llegada del frio invierno, los lobos descienden al valle ,
arrojados de sus cubiles por el hambre y el frío,y bajan en manadas
por los senderos de la montaña , siempre dirigidos por el mitico
loberno, un lobo mucho mas grande, fuerte y astuto que ningguno de
los demas, algunos dicen que esta bestia es el cruce entre un lobo y
un zorro, del que ha aprendido todas sus mañas, otros que no es un
lobo , sino alguna especie de Urco, el perro guardian de los
Borrones, las puertas del submundo.
En
todo caso, las manadas descienden , y más de una vez se los ha oído
aullar en coros pavorosos, no sólo en los caminos, aterrando a los
viajeros incautos , sino, que guiados por el Loberno, se atreven a
ser mas audaces y se dejan ver hasta en las calles mismas de los
pueblos, donde los habitantes se encierran en sus casas a cal y
canto, temblando de terror y suplicando porque se conformen con
alguna pieza de ganado.
Pero
no son precisamente los lobos los merodeadores más terribles de la
Cova da Serpe; , como ya hemos dicho ,podria tratarse de un Borrón ,
una de las miticas puertas al inframundo , asi, se dice en las aldeas
que en sus riscos superiores, y en sus cimas desoladas y sus cuevas
interminables donde muy pocos se atreven a entrar , pululan unos
seres de carácter muy huraño , a los que no les agrada nada la
presencia humana en sus dominios, se dice que por las noches bajan
en enjambres por las laderas de la montaña, portando antorchas ,y
que juegan en las aguas de las fuentes y arroyos donde se bañan y
danzan hasta poco antes del amanecer, dicen que se entretienen
haciendo crecer zarzas en los caminos y se hamacan en las ramas de
los árboles desnudos, haciendolos crujir con sonidos espantosos.
Ellos
son , y no otros, los que aúllan a coro con los lobos y a veces les
cabalgan y se dejan ver cerca de los pueblos, atemorizando a los
hombres que ven jaurias de lobos que brillan en la oscuridad, tambien
se dice que causan abalanchas cuando empujan inmensas bolas de nieve
que bajan rodando desde los picos más altos, arrollando todo lo que
encuentran en su camino, y tambien son ellos los que bailan y corren
como llamas azules, rojas y amarillas, sobre la superficie de los
rios y charcas en la noche...o los que susurran entre las plantas de
los lagos.
Entre
estos espíritus muy antiguos , que muchos aseguran que sobreviven en
lugares magicos ya que, fueron desterados y arrojados de los llanos
y los lugares poblados por los exorcismos y los rezos de la
Iglesia,los hay que se refugiaron en las cuevas más altas, y como
todos los seres magicos , encontramos seres de diversas familias y,
como tales, se aparecen ante nosotros con formas y tamaños
diferentes.
Sin
embargo, los más huraños y ariscos de todos ellos,y según se
cuenta , los menos de fiar ya que son los que se insinúan con
frases seductoras, conquistando el corazón de las jóvenes pastoras
que desaparecen y nunca vuelven a ser vistas son, sin duda alguna,
los trasnos de esta cueva .
Estas
pérfidas criaturas según los relatos muy influenciados por el miedo
que la iglesia ha impuesto sobre todas las criaturas magicas, viven
en las entrañas de los montes,y como moradores ancestrales de estos
lugares conocen a la perfección sus cuevas y senderos interiores, y
cuidan celosamente los tesoros que las rocas encierran en su seno,
entre los que pueden contarse depositos de riqueza como las vetas
auríferas, los yacimientos de metales preciosos y los innumerables
agochos (escondrijos) de piedras preciosas.
Según
cuenta un antiguo relato de esta región de la Serra da Cova da Serpe
un joven pastor, tratando de recuperar a una de sus ovejas
extraviadas, la supuso triscando la hierba humeda que crece en la
entrada de estas cuevas y al no encontrarla penetró en uno de esos
agujeros naturales, horrorosos y magníficos a la vez, una entrada al
Borrón,que como casi todas esas cuevas , por aquel entonces estaria
con sus bocas disimuladas por espinosos matorrales y cuyo fin no fue
visto nunca por hombre alguno.
Cuando
ingresó a la cueva, el pastor era un hombre joven, apenas un
mozuelo, pero se cuenta que cuando regresó del interior de la
montaña, su rostro se encontraba pálido y cubierto de arrugas y su
cabello había encanecido como el de un anciano. Había según dicen,
descubierto el secreto de los mouros ; había respirado un aire
enrrarecido y la ponzoñosa atmósfera de sus cubiles le habia hecho
enfermar.
Como
siempre , la modernidad y los miedos alentados por la iglesia han
creado un halo de cuento oscuro y malefico alrrededor de estas
leyendas,seguro que los campesinos contarian que el pastor se metio
donde no debia y pagó su atrevimiento con un envejecimiento
prematuro.
Pero
en lo que le quedó de vida pudo referir a quien quisiera escucharlo
lo que había visto, y su historia fue transmitida de padres a hijos
desde incontables generaciones. Aunque poco a poco, las leyendas
cambian y no siempre nos llegan tal y como antiguamente se contaban.
De
acuerdo con lo que él mismo narró,(y asi lo dicen los que te
cuentan estas historias) se internó caverna adelante, hasta llegar
por último a unas interminables galerías que descendían
abruptamente hacia las entrañas de la tierra; descendiendo por un
pasadizo estrecho por el que apenas podria pasar un hombre adulto. De
este modo, estos enormes pasadizos estaban alumbrados por un fulgor
misterioso y fantasmal, una luz tenue que emanaba de las pareces por
la fosforescencia de innumerables trozos de gemas cristalinas, de
todas las formas y tamaños, un mosaico tan hermoso como extraño.
El
piso, humedo y resbaladizo, las paredes y el curvo techo abovedado de
los inmensos salones en que se abrían en algunos trechos las
galerías, lucia con brillos de colores diversos, como enormes
espejos que reflejasen las luces multicolores de muchas pequeñas
lucecillas,y a veces las paredes estaban lisas y pulidas como los
mármoles más finos, pero las vetas eran de oro y plata, y en ellas
aparecían incrustadas infinidad de piedras preciosas entre las que
podían encontrarse enormes diamantes, rubíes rojos como la sangre,
verdes esmeraldas, zafiros, topacios y muchas otras piedras
desconocidas, que el pastor sólo pudo describir diciendo que nunca
habia visto nada tan hermoso en su vida.
El
más absoluto silencio lo acompañó durante su descenso por aquellos
interminables pasadizos; dicen que no oyo ningún ruido, excepto el
de sus pasos que rebotaba en los enormes espacios de la cueva y, a
veces sin lograr identificar de donde venian, unos gemidos
prolongados y agudos, provocados por un viento de origen desconocido
que circulaba a lo largo de aquel laberinto de corredores.
Escuchando
con más atención, el pastor también pudo percibir el susurro de
aguas corrientes que discurrían por las paredes,y tambien pudo
sentir un intenso calor y como en algunos tramos, el aire era espeso
y caliente y con un olor fuerte a azufre, sin duda, habria lava en
alguna sala cercana.
El
joven, solo y perdido en aquel laberinto con muchas ramificaciones,
caminó durante tanto tiempo, que perdio la nocion de los dias y
noches, alimentandose de hongos y musgo y bebiendo de charcas de agua
fresca que encontraba en su camino, sin poder encontrar una salida,
hasta que finalmente descubrió el manantial cuyo rumor había
escuchado tiempo antes.
Encontró
el arroyo al fin, tras un recodo de la gruta,, era un manantial que
brotaba de una de las paredes como una fantástica cascada de plata
coronada de espuma banca, y observo que corría por el suelo de la
gruta , produciendo un murmullo cristalino en sus aguas que corrian
como un arroyo entre las peñas y las grietas de la roca viva.
En
sus márgenes crecían plantas desconocidas , casi todas con hermosas
flores, que el pastor, a pesar de haber vivido toda su vida en la
región, no pudo siquiera identificar; algunas de ellas, eran
similares a algas, que salían a través de las fisuras de las
piedras, otras tenían una extrañas hojas anchas y carnosas que
flotaban sobre el agua, y otras, que se arraigaban dentro mismo del
arroyo, eran finas y delgadas como cintas que ondulaban con los
movimientos de las corrientes de agua.
Entre
estas plantas se movían entre susurros unos seres extraños que, en
algunas ocasiones parecían humanos de corta estatura, y de
apariencia delicada y hasta hermosa, sin embargo en otras ocasiones,
parecian en el reflejo en el agua, seres feos y gran deformidad, o
era justo al contrario, el ser visto era feo y su reflejo una
criatura de gran belleza, en otras charcas vio grandes salamandras
refulgentes que saltaban al agua y un momento más tarde se
transformaban en efímeras llamaradas multicolores que dibujaban
arcos de luces como fuegos de artificio, elevandose en locas
espirales sobre las plantas.
En
esas criaturas, el pastor identificó aterrado a los trasgos de los
que tanto le habian hablado que, desplazándose por los corredores de
piedra, corriendo como enanos cojos y deformes,o a veces siseando y
arrastrándose como reptiles o a veces trepando por las paredes con
asopmbrosa agilidad pese a su apariencia y otras tantas veces,
corriendo sobre la superficie del agua en forma de fuegos fatuos,se
dice que extraían y atesoraban sus fabulosas riquezas desde hace
milenios.
Aún
en medio de su terror, el joven recordó lo que las leyendas cuentan
acerca de los mouros y trasnos: Se dice que son ellos los que conocen
los escondrijos donde los avaros entierran sus tesoros y que sus
herederos luego buscan en vano, porque ellos ya los han desenterrado
antes; son ellos los que saben dónde los moros , los vikingos y
otras huestes de paso por estas tierras ,dejaron sus botines al ser
expulsados de Galicia y no regresar a por sus rapiñas; son ellos, y
no otros, los que localizan y se llevan todas las joyas y dineros
que se pierden y luego los ocultan en sus guaridas subterráneas,
porque son los únicos que conocen cada rincon y cada piedra.
Allí,
escondido entre las hojas carnosas, el pastor pudo comprobar la
existencia de objetos maravillosos y joyas de valor incalculable en
el fondo del aroyo , entre los que podían verse copas trabajadas
hechas en oro y plata, con incrustaciones de piedras preciosas;
ánforas de los mismos metales preciosos , ricamente trabajadas y
colmadas de rubíes, diamantes y esmeraldas;montañas de collares y
diademas de perlas y gemas, y baules y cofres casi sepultados entre
tanta riqueza , llenos de monedas con formas y improntas de todos los
paises imaginados, habia tesoros, en definitiva, y riquezas tan
incalculables y objetos tan fantásticos que costaba aceptar que
todo aquello no fuese fruto de un sueño.
Y
todas aquellas riquezas brillaban con tal intensidad, que el pastor
relató que parecía que toda la cueva estaba llena de chispas de
colores y que la caverna misma se encontraba en llamas doradas, y su
brillo desdibujaba los objetos, como vistos a traves de una llama.
Y
fue entonces cuando la codicia comenzó a disipar el miedo del
pastor, quien, deslumbrado por la contemplación de tantas joyas,
penso que cada una de ellas lo enriquecería de por vida. Asi que,
olvidando su miedo, intentó recoger algunas de ellas, y todo se
complico sobremanera ,cuando, a pesar del murmullo del río de lava
cercano, la profundidad de los ecos en la roca, el rumor del arroyo y
las risotadas y extrañas palabras de los mouros , un tropiezo hizo
rodar una copa de metal dorado y su sonido al chocar contra las rocas
puso en alerta a todos los moradores de la cueva.
Asi,
con los bolsillos llenos de monedas y joyas, emprendio la huida por
los pasadizos, perseguido por los gritos de los mouros, y asi corrio
como un loco, hasta que llego a dejarlos atrás. Sin embargo, sus
penas acababan de comenzar , pues incapaz de encontrar una salida
erro durante los dioses saben cuanto tiempo por lois pasadizos de la
cueva, desaciendose por el camino de joyas y monedas que no hacian
sino pesarle y agotarle en su marcha.
De
este modo al cabo de mucho tiempo de vagar, famelico, ya con sus
bolsillos vacios y a punto de desfallecer, llegó hasta sus oídos el
repique de la campana de la ermita del pueblo, llamando a los fieles
a la oración de la tarde. Al oír su clamor, el pastor, que ya había
pensado que moriria alli dentro sin encontrar jamas la salida , se
guio por el sonido y finalmente encontro la salida , y alli cayó de
rodillas, encomendándose a la protección de la Virgen de Cova da
Serpe, patrona de la iglesia del pueblo agradecido.
Y
así, cuando recupero el conocimiento , y sin saber a ciencia cierta
cómo ni por qué medio, se encontró repentinamente fuera de la
cueva, tirado a un costado del camino que conducía al pueblo, y
aturdido y renqueando regreso a una aldea que encontro muy medrada, y
apenas reconocio a su padre y madre, muy ancianos, y a la niña que
dejo como hermana, comvertida ya en moza y hubo de escuchar que
habian pasado muchos años desde que desaparecio...y com todos le
daban ya por muerto.
Desde
entonces, los lugareños de la Serra da Cova da Serpe saben por qué
la fuente del mercado trae a veces en sus aguas restos de un finísimo
polvo de oro o muchos dicen que han encontrado en ella alguna joya y,
en algunas ocasiones, en las noches de luar (luna llena), en el
murmullo que causa el agua en la fuente se mezclan palabras y
suspiros confusos pero a la vez sugestivos, que los mouros vierten
en ellas, para seducir a los ingenuos y avariciosos que los escuchan,
prometiéndoles riquezas que terminan por ser su perdición.
Porque
tal y como cuentan los mas viejos, todas las riquezas de los mouros y
trasgos , pertenecen a otro tiempo, y al desterrarles a las cuevas y
comvertirles en demonios en los cuentos, nos hemos ganado su olvido y
su rencor...ahora su riqueza y su mundo magico les pertenecen solo a
ellos.