Shean el perezoso y el maestro Cuervo: (Cuento tradicional Irlandes)
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 4 de diciembre de 2016 7:42
Cuentan
que hace mucho, mucho tiempo, habito en Irlanda una familia de
granjeros que se pasaron la vida, esperando que los dioses les
concediesen un hijo, y asi, por mas que lo intentaron, pasaron los
años y el ansiado hijo no llegaba.
La
ya muy madura esposa, acudio en peregrinacion al centro de Irlanda,
donde decian que se reunian los Druidas para honrar a los dioses, y
alli se quedo, arrodillada durante dias a los pies de las estatuas de
madera de los dioses, suplicando por el tan ansiado hijo que les
confortase en su vejez.
A
veces, los dioses son caprichosos, pero esta vez, quiza porque la
pobre mujer se paso dias y noches enteras al raso, orando a los
dioses sin importarle el frio de la noche o la lluvia intensa, los
dioses se apiadaron de ella y al regresar a casa , tras un largo y
extenuante camino de vuelta, la semilla de una nueva vida habia sido
concedida por los dioses... y asi, el ya casi anciano matrimonio,
vivieron con regocijo la preñez de ella, y cumplido el tiempo de
feliz espera, nacio por fin el hijo que tanto deseaban.
Asi,
pusieron a su hijo el hermoso nombre de Shean (misericordia de los
dioses), y ya felices por tener al fin un hijo que heredase sus pocas
posesiones, continuaron sus dias, hasta que la vejez empezo a
blanquear sus cabellos y curvar sus huesos.
Shean
crecio para cuidar de sus ya muy ancianos padres, y pese a que, como
corresponde a todo hijo, era respetuoso y cuidadoso con sus padres y
les procuraba una buena vejez, lo cierto es que sus ancianos padres
no tardaron en darse cuenta de que, pese a que su hijo procuraba que
nada les faltase en su vejez, no servia en absoluto para hacerse
cargo de la granja.
Al
joven muchacho no le agradaban en absoluto las duras tareas del
campo, y si araba de muy mala gana la tierra o cuidaba del escaso
ganado que poseian, era unicamente por asegurar el alimento necesario
para sus padres, ya que el cuidado de los ancianos es un deber
sagrado entre los antiguos pobladores de Irlanda. Pero fuera de esto,
Shean se pasaba el dia holgazaneando, y manteniendo a duras penas la
granja en sus minimas funciones.
Sus
padres estaban tristes, nada decian, pues su hijo cumplia con su
deber de cuidarles en su vejez, pero dada su dejadez, la granja
estaba cada dia menos cuidada, y se iba deteriorando poco a poco, de
la poca tierra que poseian, el muchacho solo sembraba menos de la
mitad, asi que la tierra se estaba llenando de malas hierbas y
hechandose a perder, lo mismo sucedia con el resto de la granja, que
lucia abandonada y maltrecha.
Asi
que, viendo los ancianos que, nada se podia hacer para inculcar a su
hijo el amor por la granja y sus tareas, trataron de buscarle otro
oficio, uno que le garantizase un futuro en el dia en que ellos
faltasen.
De
esta forma, se encontraron con el Bardo Fay (el cuervo) , y le
hablaron de su hijo, el bardo se comprometio a intentar formarlo en
su dificil oficio, y de esta forma, los ancianos se retiraron
agradecidos.
Aquella
misma noche, los ancianos hablaron en la cena con su hijo, y le
comunicaron que en cuanto ellos ya no estuviesen, el bardo Fay se
encargaria de formarle como bardo. Al joven Shean le parecio una
propuesta fabulosa, los bardos tenian un trabajo aparentemente
sencillo, iban de aldea en aldea, recitando poemas y contando
historias, a veces, servian de enlace entre los campesinos y los
dioses, y a cambio de esto, recibian el mejor de los tratos, pues
cuando un bardo visitaba una aldea, todos se afanaban en agasajarle
con el mejor trato, el mas exquisito alojamiento y la mejor comida y
bebida.
El
invierno y los frios se llevaron a la isla de la eterna juventud y a
compañía de los dioses a los dos ancianos, pese a los cuidados de
Shean, que, libre ya de la obligacion sagrada de cuidar de sus
padres, no tardo en malvender tierras y granja, asi como en
deshacerse de las pocas cabezas de ganado que poseian sus padres por
un puñado de monedas.
Despreocupado
y holgazan, no tardo mucho en quemar en bebida y una vida poco
decorosa lo poco que habia sacado de su herencia. Asi que, en la
calle, sin una triste moneda de plata y sin alojamiento, recordo que
sus padres le habian hablado de Fay el bardo, y aunque , para que
mentir, la idea de trabajar le repugnaba, penso que el esfuerzo en
formarse valdria la pena, pues en cuanto fuese un bardo , la vida le
vendria regalada. O eso pensaba el!.
Asi
que, se presento ante el anciano Fay, un hombre de larga barba negra
y ojos aun mas oscuros, siempre rodeado de un grupo de aspirantes a
bardo que le veneraban como un maestro.
Entre
los compañeros, y tras ser aceptado y vestido con una tunica de
aprendiz muy modesta (en todo caso, bastante mas pulcra que la
desastrosa ropa que antes portaba, que debido a su vida de absoluta
dejadez, apestaba como un cerdo en su pocilga), escucho que el
anciano bardo, habia transcendido mucho mas alla del arte de la
poesia, sus aprendices hablaban de el con veneracion, decian cosas
extraordinarias de un hombre que, según decian, habia llegado a
conversar directamente con los dioses, y habia recibido de ellos el
poder para obrar mas de un prodigio.
Shean
no se creia nada en absoluto de esas historias, pensaba que un bardo
no era otra cosa que un habil charlatan, un hombre con mucha
habilidad para explotar la credibilidad de los campesinos y aun si
era realmente bueno, las gentes de la clase elevada, contandoles
historias antiguas, o creando relatos donde se exagerasen las
pequeñas gestas de los nobles locales, viviendo asi una vida
regalada por narrar a las gentes justo la clase de cuentos que
deseaban oir.
Pero
lo cierto, es que Fay era un hombre extraordinario, un mistico que
aspiraba a formar no solo buenos contadores de historias, sino a
preparar las mentes de los aspirantes, para percibir otras cosas mas
alla de la buena poesia o el uso de la palabra para tejer buenas
historias.
Fay
aprendio a hablar con los animales y a escuchar todas y cada una de
las señales de la naturaleza, y como buen bardo, aspiraba a que sus
aprendices aprendiesen esas artes, pues el, tras muchos años de
aprendizaje y practica, habia sobrepasado con creces las habilidades
propias de un bardo, ahora estaba preparado no solo para narrar
buenas historias, sino para escuchar los lamentos y problemas del
pueblo, y ofrecerles consuelo, incluso, en algunas ocasiones, para
ser el guia de las sencillas gentes del campo y hacer en su nombre
ofrendas a los dioses.
Una
mañana muy temprano, apenas dos dias despues de que Shean entrase a
formar parte de los aprendices de Bardo, el maestro les ordeno cargar
con una cantara enorme de barro sobre sus cabezas, y seguirle al
rio... Shean no entendia en absoluto nada de lo que sucedia, podia
comprender las largas y aburridas charlas del maestro, a las que
fingia prestar atencion, acerca de como habia que narrar una buena
historia, y como habia que adornarla para ganarse la aprobacion de
las masas que escuchaban...pero ¿¿ acarrear agua del rio en
cantaros de barro??...¿que clase de enseñanza era aquella?.
Al
llegar al rio, el maestro les ordeno llenar las cantaras de agua, y
seguirle cargando con ellas hasta lo mas profundo del bosque, pero
Shean era demasiado vago para esforzarse demasiado, asi que apenas
lleno menos de la mitad de su cantaro... y mientras los demas seguian
al maestro a duras penas, acusando el cansancio de cargar sobre sus
cabezas con los pesados cantaros llenos de agua, el iba riendose por
lo bajo de sus compañeros, pensando “mira a todos estos tontos
siguiendo los caprichos de este viejo, mientras yo voy descansado “.
La
leccion fue larga y sumamente interesante,el maestro Fay hablaba de
los animales del bosque, de como cada uno de ellos tenia su
significado y sus caracteristicas magicas según las tradiciones
seculares del pueblo, y de como era necesario para todo buen bardo,
conocerles a todos, para asi poder comparar a los animales y sus
habitos con los hombres y sus acciones, y asi poder tejer buenas
historias y poemas.
Shean
casi se durmio a lo largo de la extensa charla, hasta que, en un
momento dado, el maestro Fay suspiro profundamente y dijo “bien
alumnos, espero que lo aprendido os sea de provecho, ya que nada mas
os enseñare hoy”.... Despues cerro los ojos, y recito una amplia
cancion con cadencia lenta, en una lengua muy antigua, que los
jovenes no lograron descifrar... tras la cual, solicito un trago de
la cantara de uno de sus seguidores... tras hechar un largo trago,
sonrio y dio las gracias al joven Hagen que siempre estaba atento a
las necesidades de su maestro y exclamo “por el luminoso Goibniu!!,
que sabrosa cerveza!”.
Shean
no podia creer lo que veia, todos los aprendices empezaron a beber de
sus cantaros, y a deleitarse con una sabrosa y excelente cerveza,
mientras que el, apenas pudo hechar mas de tres tragos de su cantaro
casi vacio. Tras esto, todos empezaron a cantar a coro muy alegres
por la medio-borrachera de cerveza, y Shean no pudo mas que fingir
estar tan contento como el resto, y tras tragarse su amargura como
pudo, descansar sediento unas horas a la sombra de un arbol, mientras
los demas dormian la borrachera.
Al
amanecer del dia siguiente, todos volvieron a ser despertados, muy
temprano, y el maestro les ordeno seguirles a orillas del rio una vez
mas, donde todos se bañaron, acabado el ritual de limpieza, el
maestro les ordeno cargar con una piedra del rio y seguirle una vez
mas, esta vez a lo alto de una colina.
Todos
tomaron pesadas rocas del rio, y cargandolas a sus espaldas, subieron
penosamente la montaña. Todos menos el vago de Shean, que tomo una
pequeña y lisa piedra del lecho del rio... y riendose de sus
compañeros, siguio a todos hacia la cima, jugueteando con su piedra.
La
leccion esta vez fue sobre las aves, y una vez mas, el maestro enseño
a sus alumnos acerca de las caracteristicas y costumbres de cada una
de ellas, y de los mitos que el pueblo entregaba a cada especie...
Shean mostro el mismo poco interes de siempre, hasta que el maestro
dio por finalizada la leccion y dijo “que esto os sea de provecho,
porque por el dia de hoy, no hay mas que os pueda enseñar”.
Diciendo
esto, empezo a salmodiar una cancion tan extraña como la del dia
anterior, y pidio a la joven Eileen (la hermosa como el sol) que le
acercase su roca... a duras penas la joven muchacha logro levantarla
y acercarla a su maestro... que tras levantarla sin aparente esfuerzo
y ante todos romper un buen pedazo de ella, la mordio y declaro :
“Por la bella y bondadosa Navia...que pan tan exquisito”.
Como
el dia anterior, Shean se sorprendio al ver como todos sus compañeros
comian hasta hartarse de un buen pan de cebada, crugiente y
aromatico, mientras que el, por vago, hubo de conformarse con poco
mas que un triste bocado y tenderse a descansar tras la comida, aun
con hambres, antes de que el maestro ordenase el regreso, para colmo,
todos cantaban contentos por el camino, y el , muy de mala gana, hubo
de seguir los canticos, aunque se sentia molido de la caminata y muy
hambriento.
Al
tercer dia de su preparacion, apenas salido el sol, el maestro les
ordeno salir al cercado, tomar un cepo de leña cortada, y tras esto,
seguirle... todos tomaron un buen trozo de leña ya cortada, y con
ella bajo el brazo, siguieron cantando a su maestro, todos menos
Shean, que esta vez penso “hoy cuando el viejo cuervo haga su
magia, yo sere el mas favorecido”, asi que, ni corto ni perezoso,
esta vez, tomo un pesado tronco sin cortar, y bufando por el
esfuerzo, siguio a todos a donde quiera que su maestro les llevase.
Anduvieron
por el largo camino que lleva a la aldea, hasta que divisaron la
posada, donde el maestro les ordeno entrar... tras lo cual, ordeno
que todos descargarsen la leña al lado de la chimenea... todos
llegaron mas o menos descansados tras un largo pero agradable paseo,
todos, excepto Shean, que entro bufando y por fin solto su pesada
carga frente a la chimenea.
Durante
toda la jornada, el maestro empezo contando una historia, y tras el,
ordeno a todos los aprendices que contasen una suya, cosa, que casi
todos lograron hacer con éxito, arrancando los aplausos de todos los
congregados en la posada. Todos, menos el mastuerzo de Shean, como ya
hemos dicho, prestaba nula atencion a las lecciones de su maestro,
asi que, poca gracia encontraron los oyentes en una penosa historia,
mal contada y sin gracia alguna.
Acabadas
las historias, todos recibieron en premio buena cena, y buena bebida,
y por supuesto alojamiento para pasar la noche calientes...todos,
menos Shean, que avergonzado por su pesima actuacion, no se atrevio a
reclamar cena ni posada...hubo de acostarse en el establo, entre los
animales, y dormir con el estomago vacio...
Al
amanecer del cuarto dia, nada se sabia de Shean...dicen que aprendio
una dolorosa leccion, no logro llegar nunca al grado de bardo, y se
dice que acabo sus dias como leñador , eso si, uno dedicado, y el
mejor de toda su cuadrilla. El sueldo no era mucho, y la comida no
era la mejor, un plato de gachas calientes y un trago de vino aguado
fresco...pero dicen que dada la energia que Shean empleaba en el
manejo de su hacha, nunca le faltaron desde entonces ni las gachas,
ni un buen lecho, ni un trago de vino fresco... lastima que se paso
la vida añorando la vida regalada de los bardos … y todo por su
dejadez de antaño y no querer escuchar la voz de Fay, el maestro
cuervo.