La pequeña sirvienta y el Troll miserable : Cuento tradicional Finlandes.
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 30 de julio de 2017 6:14
Cuentan
que en una ocasión, una jovencita de las tierras del norte se
adentro en un bosque que se dice que pertenecía a un poderoso troll
hechicero,la muchachita no lo sabia, es mas, no tendría porque
saberlo, siendo tan solo la hija de una humilde familia de campesinos
que había salido al bosque a recoger ramas secas con las que
alimentar el fuego del hogar.
Pero
el Troll era un ser miserable y mezquino, guardaba su bosque con mano
de hierro, y cuando la muchacha se canso de buscar en el bosque
cercano a casa y no encontró ramas en el suelo, ya que todos los
muchachos del pueblo iban a diario al mismo lugar a por leña, se
adentro en el bosque propiedad del Troll y canturreando empezó a
recoger ramas del suelo, y cuando ya tenia un buen montón con el que
montar un hatillo y regresar a casa, apareció el Troll muy enfadado, acusándola de robar en su bosque lo que era suyo.
De
nada valieron llantos y ruegos de la pequeña, el Troll la apreso y
se la llevo a rastras a su cueva, “de ahora en adelante, seras mi
sirvienta” le dijo, y la pobre niña estaba tan asustada, que no se atrevía ni a decir palabra, así que, decidió obedecer, porque temía que de no hacer lo que se le mandase, el Troll la hiciese daño o
algo peor, pues sus padres le habían contado que algunos Trolls se comían a los niños.
Así que, se atrevió a acercarse tímidamente al Troll y le dijo que cumpliría todo lo que le mandase, al pie de la letra, asi que el
monstruoso ser se mostró contento y ella pudo descansar un poco sobre
un montón de paja que le sirvió de lecho.
Al
amanecer, apareció el Troll con cara de pocos amigos, y le ordeno arreglárselas con sus perros, unos enormes canes que al parecer, se habían pasado la noche ladrando y no le habían dejado dormir.
Ciertamente, ella también había escuchado a los perros ladrar..pero
estaba tan cansada y asustada que finalmente se durmió igualmente. En
todo caso, el Troll estaba enfadado y le dijo “arreglatelas como
puedas, pero no quiero volverlos a oír ladrar nunca mas”.
Ella
regreso al poco rato diciendo que ya había cumplido el encargo, que
los perros no volverían a molestar, y que el gran Troll no tendría que volverlos a oír ladrar jamas. El Troll le pregunto como había hecho para convencer a tan enormes y salvajes animales, pero ella
dijo “oh no...no he hablado con ellos, tan solo he dejado abiertas
las puertas de las perreras, a estas horas estarán muy lejos.. y no volveréis a oírles ladrar nunca mas”.
El
Troll empezó a vociferar y a soltar maldiciones, y la muchacha se
retiro muy asustada, pensando que el Troll la destrozaría, pero mas
tarde, este se presento mas calmado y escucho lo que la muchacha
tenia que decir “vos me ordenasteis arreglármelas para que los
perros no molestasen, para que no escuchaseis sus ladridos nunca mas, pensé que estando lejos, en las montañas, sus ladridos no os molestarían ya.. nada dijisteis de que los perros os fuesen útiles atados en su perrera”.
El
Troll era fuerte y enorme, pero no destacaba por su gran
inteligencia, así que, empezó a recordar sus palabras, y
efectivamente, nada había dicho sobre la conveniencia de mantener
encerrados a los perros, así que, pensó que, quizá la culpa había sido suya por no expresar claramente sus ordenes y deseos, no
obstante, pensó que era hora de dar a su esclava una segunda tarea.
Mi
cubo es grande y fuerte, resistente como el que mas, pero me es muy
pesado, tendrás que arreglártelas como veas para hacerlo mas ligero.
Al
rato regreso la pequeña diciendo que había cumplido el encargo, pero
cuando el Troll vio el cubo, lo encontró lleno de agujeros.. la
muchacha aclaro antes de que el Troll empezase a gritar, que sin duda
los agujeros lo harían mas ligero, pero que nada se le había dicho de
la utilidad del cubo... solo se le había ordenado hacerlo mas ligero
a toda costa...
El
Troll se quedo un rato bufando en silencio... pensar hacia que le
doliese su enorme cabezota, pero acabo dándose cuenta de que, en
efecto esa había sido la orden, nada había dicho sobre la utilidad
del cubo...
Finalmente,decidió dar una ultima tarea a la niña, antes de dar por terminado el día, y
le explico que había perdido su puñal en medio de los montones de
paja que había amontonados en la era, le ordeno encontrarlo, emplease
el tiempo que emplease, y que no descansase hasta traerlo de vuelta.
Aun
no había pasado una hora, cuando la pequeña se presento con el puñal
en la mano, sacando le brillo a la hoja con un paño viejo, el Troll
estaba asombrado, había cientos de montones de paja atados en la era,
¿como había hecho la pequeña para encontrarlo tan rápido?
“Ha
sido sencillo” dijo la muchacha, solo he tenido que prender fuego a
la paja seca... y como el puñal no arde al ser de hierro, se quedo allí sólito, reluciendo en mitad de la era, solo he tenido que lavarlo en el rió, y limpiar y dar brillo a la hoja con esta tela
vieja”.
El
Troll empezó a dar vueltas como loco en su cueva... toda la paja
cortada para alimentar a su ganado había sido quemada en el campo...
y lo peor es que la culpa había sido suya, había ordenado a la
muchacha buscar a cualquier precio el puñal, pero nada había dicho
de mantener intacta toda la paja de la era...
“Márchate lejos y no vuelvas jamas!!”.. Bramo el Troll, “esta orden si la cumplirás sin causar desastres!...Verdad pequeña??”.
La
niña no quiso ni responder, salio a escape de la cueva y corrió hacia su casa, no sin antes recoger por el camino su haz de leña, al
fin de cuentas, consideraba que , era poco pago por parte del Troll
miserable por todas las molestias en el largo día...
Nunca
regreso al bosque del Troll, se las arreglo a partir de entonces para
encontrar leña en otros lugares, y por supuesto, jamas contó nada a
sus padres de su aventura... eran muy mayores... y el Troll en el
fondo un enorme tontorrón... ¿Para que preocupar a sus padres?...no valía la pena!.