Pookah molinero : Leyenda tradicional de Irlanda
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 25 de septiembre de 2016 6:26
Muchas personas creen
saber mucho acerca de duendes y hadas, como en todo lo que se pueda
estudiar, hay "autoridades" en el conocimiento de estos
seres magicos, y tenemos que fiarnos de lo que nos indican acerca de
ellos si queremos conocerlos.
Asi, los expertos en
leyendas sobre duendes y hadas, nos comentan que los pookah (puck,
en inglés, y phwca, en antiguo gales) son una raza extremadamente
salvaje y malévola de los duendes que habitan desde siempre la
antigua tierra Irlandesa, y otros dicen que son una clase de
espiritu malvado pariente de una criatura llamada will of the
wisp, el "fuego fatuo" de las Islas Británicas; un ser
magico que se presenta como una llama flotando en el aire con la
capacidad de poder transformarse en casi cualquier cosa, para gastar
bromas muy pesadas, eso sí: todos ellos coinciden en que el pookah
casi siempre se presenta en forma de algun ser vivo, y puede adoptar
distintas formas animales para cometer sus fechorias , entre las
cuales se cuentan el robar cabras, cerdos, aves y hasta asnos, como
en el caso del pookah de Offaly. Otras veces se entretiene en cambiar
las señales que marcan los senderos para hacer que los caminantes se
pierdan o en esconderse en los caminos y hacer terrorificos ruidos
para asustar a los que por alli se pasen.
Sin embargo, si en
realidad existió una verdadera experta sobre el tema hadas y
duendes, ésta fue Lady Jane Wilde , una dama que se paso toda una
vida estudiando a estas magicas criaturas quien, según sus propias
afirmaciones, escuchó narrar algo muy diferente sobre estos
traviesos duendecillos , y no queriendo olvidar lo que le contaron,
lo escribió en su libro Ancient Legends, Mistic Charms and
Superstitions of Ireland:
Asi esta dama tan sabia
nos cuenta una historia muy distinta, según sus propias palabras"...
el pookah es un ser amable y bien dispuesto, que a menudo suele
ayudar a los sirvientes, campesinos y granjeros a cumplir con sus
tareas, y sólo espera a cambio que se lo trate con amabilidad y
afecto y, eventualmente, que se lo recompense con un poco de crema o
leche y una hogaza de pan de centeno recién horneado."
Para demostrar que esta
criatura no es en absoluto el ser malvado que muchos aseguran que es,
viajo buscando leyendas por toda Irlanda , y hacendosa como una
hormiguita, las recogio todas en el libro que ya he nombrado, entre
ellas encontramos una historia recogida en la región de Youghal,
sobre el firth (una palabra de dificil traduccion, ya que puede
referirse igualmente a bahias, fiordos o incluso pequeños estrechos
o islas costeras) y a algunos cuentos recogidos a orillas del Mar
Céltico, que demuestra el auténtico carácter de este duendecillo.
En el pueblo de
Kilcredan, en plenas tierras de Munster, vivía hace mucho tiempo
un viejo molinero, que según dicen se llamaba Phardrig, cuyo hijo,
Proinsias, alternaba sus tareas en el molino de grano de su padre,
con el cuidado del ganado de su propia familia y si se le ofrecia
algo a cambio, tambien hacia de pastor para otros.
Acotumbrado a su trabajo
que no le costaba demasiado esfuerzo, no era lo que podamos
considerar un holgazan, ya que trabajaba de sol a sol y siempre
estaba ocupado, ya que la fortuna de la familia era, más que escasa,
prácticamente inexistente.Como suele suceder en esta clase de
historias, era un hombre pobre y vivia como buenamente podia de su
trabajo.
Una tarde en que
Proinsias se hallaba apacentado las ovejas, se sorprendió al verse
azotado por un extraño viento que no hacia sino intentar quitarle su
sombrero de la cabeza, y cuando se lo calaba mas o lo orientaba hacia
adelante, atrás, hacia su derecha o izquierda para intentar evitar
la brisa, esta cambiaba constantemente de direccion, enseguida se dio
cuenta de que esa brisa molesta no era algo natural y, al comprender
inmediatamente de qué se trataba, corrió por todo el prado,
gritando a voces: —¡Pookah! ¡Pookah! ¡Déjate ver y te daré
parte de mi almuerzo de leche y queso de oveja!, Pero date prisa que
la leche se calienta y se agria, y el queso huele que alimenta..y si
no sales a compartir mi almuerzo, yo dare de el buena cuenta!
Y así siguió corriendo
sin parar de gritar, ya que en el bajo prado, sabia que las ovejas
estaban seguras, estubo un rato gritandole al duene, hasta llegar a
un pequeño bosquecillo de avellanos silvestres, donde se topó con
un enojado becerro al que, a pesar de su aspecto furioso, y de que
este no paraba de embestirle, le arrojó su capote sobre la cabeza
para inmobilizarlo.
El animal al verse
preso, (o quizás deba decir el pookah, pues de él se trataba, como
habreis adivinado) se calmó de inmediato, se arropó en el abrigo y
luego le dijo: —Esta misma noche, antes de que asome la luna, , no
te acuestes y que no te venza la pereza, no duermas y ve al molino de
tu padre,alli sera donde te espere y donde podrás ver algo
interesante.
Proinsias siguió al pie
de la letra las indicaciones del duende y pese a estar molido de
cansancio por toda la jornada de trabajo, subio a la colina donde
estaba el viejo molino, pero no logró ver nada alli digno de
mención, excepto los sacos de trigo y cebada, apilados junto a la
muela, preparados para ser convertidos en harina al día siguiente, y
a los ayudantes de su padre, que solian quedarse por turnos de
guardia para vigilar que nadie se llevase el grano,ya acostados y
dormidos sobre las bolsas.Solo el perro de uno de los muchachos se
levanto y comenzo a ladrar..pero a un gesto suyo se callo enseguida,
pues ya se conocian, asi que el animal, se acurruco en un rincon, y
asi el muchacho espero acontecimientos...pero cansado de
esperar,asumio que el duende le habia tomado el pelo y que no
sucederia nada de nada.
Tampoco él tardó,,
como entendereis pues como he dicho habia estado todo el dia
trabajando, en quedarse dormido, y cuando desperto a la mañana
siguiente para comenzar la tarea de molienda del grano, cuál no
sería su sorpresa cuando abrio el primer saco de grano y descubrió
que todo el grano ya había sido molido y embolsado,, era una harina
de la mejor calidad, fina y aromatica, se notaba que la habian molido
a conciencia, un trabajo bien hecho, y todo esto a pesar de que los
ayudantes del molino aún estaban roncando. Y como hijo del patron,
les desperto y pregunto por toda aquella harina y por las horas de
molienda, pero ni uno solo de ellos habia tocado los sacos, ni sabian
de nadie que se pasase para una molienda privada, cosa que a veces
hacian los mas pudientes, que traian su grano y alquilaban unas horas
el molino para moler su propio grano.
Intrigadopor el misterio
de la harina que vendio a muy buen precio, y de la que salieron
buenas tortas y mejores panes, repitió su aventura a la noche
siguiente , con igual resultado y luego dos noches más, y lo mismo
sucedió en cada una de ellas, aunque en ningún momento logró
encontrar pista alguna sobre el misterio. Intentaba montar guardia
para descubir al habil molinero que hacia una harina tan fina, pero
siempre le vencia el cansancio y al despertar al amanecer, la tarea
estaba ya completada.
Pero a la cuarta noche,
cansado de tanto misterio, acudio al molino decidido a averiguar lo
que pasaba, Proinsias se ocultó en un viejo arcón en desuso y para
no dormirse se pinchaba en un dedo cada poco tiempo con una aguja
para mantenerse despierto y asi, incomodo pero despierto espero
escondido, dispuesto a no dormir en toda la noche, si era preciso,
para develar el enigma, se puso a espiar la piedra del molino, lo que
los molineros llaman “muela2”, mirando por el agujero de la
cerradura.
Sin embargo y cuando ya
tenia los dedos doloridos por tanto pinchazo y las piernas
adormecidas, tuvo suerte y no debió esperar demasiado; ya que a
eso de la media noche observó la llegada de seis hombrecillos con
ropajes de vivos colores que, capitaneados por un anciano de aspecto
andrajoso, comenzaron a trabajar con una velocidad y fuerza impropia
de su minusculo tamaño hasta que la totalidad del grano quedó
perfectamente molida y embolsada. Y fue una tarea hecha aprisa, pues
lo que a el y los suyos les hubiese llevado moler hasta el alba,
ellos lo hicieron rapido, tan rapido, que en poco mas de unas horas,
la tarea estubo acabada... y tan rapido y silencioso como llegaron,
partieron en la noche, sin que ni mozos durmiendo ni el perro
guardian detectasen nada.
A la mañana siguiente,
descendio del molino el muchacho muy contento y entusiasmado con su
descubrimiento, y con voz entrecortada y hablando emocionado y
deprisa contó a su padre lo que había visto en el viejo molino.
Asi sucedió que el padre
del muchacho quiso saber mas acerca de los misteriosos duendes y esa
misma noche el anciano Phardrig se dirigió al molino y al igual que
habia hecho su hijo .se escondió en el arcón, para comprobar por sí
mismo lo que sucedía.
Al ver trabajar a los
siete duendes con tanta eficiencia, el molinero quedó tan
encantadocon la tarea que ademas le salia gratis que peco de
avaricia, y empezo a comportarse malamente, ya que al día siguiente
despidió a sus obreros, y tal y como podeis imaginar, pronto logró
reunir una pequeña fortuna con los salarios que dejó de pagar a los
trabajadores que ya no necesitaba, aunque no dijo una palabra a nadie
sobre los pookahs, por temor a echar a perder su racha de buena
suerte.
Así pasaron los días y
la molinda magica no cesaba con lo que las ganancias del molinero no
paraban de crecer, llegó la nueva cosecha y con la abundancia de
grano, no cesaba el trabajo de los duendes, mientras Proinsias
acostumbraba esconderse dentro del arcón para ver trabajar a los
pookahs y frotarse las manos pensando en sus ganancias.
Sin embargo, el joven
hijo del molinero empenzo a sentir tristeza por la avaricia que
consumia a su padre, sabía que su padre no sólo no les pagaba ya
salario alguno a los que otrora le ayudaron, pues decia que ya no les
precisaba y que su situacion de penuria y hambre no era asunto suyo,
sino que tampoco se tomaba el trabajo de acercarles una ración de
leche o crema y algo de pan a los duendes que hacian todo el trabajo
por el, como todos sabían que debía hacerse. El viejo molinero se
habia vuelto codicioso y en extremo avaro, decia que no era culpa
suya la estupidez de los duendes que trabajaban gratis, pero esto
solo lo comentaba con su anciana esposa e hijo que veian como cada
dia se volvia mas tacaño y usurero.
Hasta que, finalmente,
Proinsias comenzó a sentir un poco de pena por los duendes que tanto
rabajaban a cambio de nada y, especialmente, por el anciano que
parecia ser el maestro de la cuadrilla, que, a pesar del duro trabajo
que realizaba noche tras noche, seguía vestido con los mismos
harapos que el primer día, mientras su padre no movía un dedo ni
mostraba gratitud hacia ellos y se dedicaba a acumular bienes y
dinero.
Así que un buen día,
se decidido a recompensar al pookah,y tomando una buena saca de
monedas se dirigió resueltamente al sastre del pueblo y le encargó,
sin consultar con su padre, que confeccionara un diminuto traje de la
más fina lana que pudiera encontrar. Asi tambien como capas pequeñas
para el resto de los duendes. Una vez cumplido el encargo, Proinsias
dejó el traje junto a la muela del molino,, en el lugar donde él
sabía que el anciano duende se paraba todas las noches, para dirigir
los trabajos .Bien doblado lo dejo , al igual que las capas para el
resto de la cuadrilla de los duendes.
A continuación, se
escondió en el arcón,como ya hacia muchas nochs que su padre no
hacia, seguro de que el trabajo de los duendes estaria hecho como
cada mañana, y alli se quedo dispuesto a seguir paso a paso los
acontecimientos.
- ¡Caramba! ¿Qué es esto? - exclamó el viejo pookah al ver el traje. No le cabia en la cabeza que finalmente el molinero se hubiese acordado de agradecer su labor!-. ¿Será para mí? ¡Pues me lo pondré y me convertiré en un auténtico caballero!
Sin pérdida de tiempo el
anciano duende se puso su nueva indumentaria y con un silbido
repartio tambien las capas entre sus camaradas y tras esto, se paseó
encantado por el viejo molino dando saltos muy contento, pavoneándose
frente al resto de los duendes, que lo miraban asombrados.
Luego, recordando sus
obligaciones, se dispuso a ordenar a los demás que se pusieran a
trabajar, como era la costumbre cada noche,pero repentinamente se
detuvo y exclamó:
-¡Un momento! Un
caballero tan elegantemente trajeado como yo no puede ponerse a moler
grano. ¡Arruinaría mi ropa nueva, manchándola de blanca harina!
¡Basta de trabajo para mí!, basta de trabajo para mis compañeros!.
Mejor será que me dedique a viajar como corresponde a un gran señor,
a recorrer un poco el mundo y a dejar que el resto de la gente pueda
apreciar mis ropas nuevas.
Y diciendo esto, arrojó
sus viejos harapos dentro de la muela y reuniendo a sus amigos, estos
hicieron lo mismo con sus viejos ropajes, y a carcajadas todos
bailaban contentos, tras de esto, cayo en la cuenta de que tanto
jolgorio podria atraer curiosos al molino, asi que reunio a la
cuadrilla de duendes con un silbido y se marchó sin siquiera abrir
un saco de grano.
Así, esa noche nadie
molió el grano; más aún, se cuenta que al dejar la puerta del
molino abierta, entraron un monton de cuervos que dieron buena cuenta
del grano en los sacos, el muchacho lo vio todo desde su escondite,
pero nada hizo, penso que era mejor dar un escarmiento a su padre y
no rebelar a nadie lo sucedido, por lo que a el correspondia, esa
noche no habia estado alli, no habia visto nada y nada sabia de lo
sucedido con el grano.
Por mas que espero el
avaro molinero,, el anciano duende y su grupo jamás regresaron al
molino, y Phardrig nunca volvió a saber nada de su diminuto
benefactor. Claro que tampoco le importó demasiado al principio,
pues el viejo molinero vendió su casa y, con todo el dinero que le
dieron, más la pequeña fortuna que había hecho al no tener que
pagar salarios, se dedicó al descanso y al ocio, llevando la vida de
un auténtico caballero rico.
Eso dice al menos un
final para esta historia, el otro , es un poco mas duro con el avaro
anciano, dice que ya sin la magia de los duendes, y acostumbrado a la
buena vida, despilfarro lo que habia ganado en no mucho tiempo, al
cabo de poco mas de un año, ya habia malgastado todo lo acumulado y
poco a poco, los lujos se acabaron, y finalizo sus dias tan miserable
y pobre como era..dejando de herencia el molino a su hijo.
Proinsias, por su parte
dicen que prospero, según unos, antes de que su padre malgastase
todo su dinero, estudió hasta convertirse en un reconocido sabio y,
con el correr del tiempo,dicen se caso con una joven doncella, tan
hermosa que todos los que la conocían decían que parecía una
princesa de un cuento de hadas.Dicen otros que llego a vivir bien,
pero no tanto como en este primer final que os he contado, dicen que
pese a que tenia que trabajar duro, el molino seguia siendo muy
rentable, mas cuando se caso con una bella campesina que dicen que
tenia fama de hacer los mas ricos dulces de la comarca. Asi,
trabajando juntos, vivieron los dos jovenes muchos años, felices con
lo que tenian y recordando con cariño a los duendecillos.
Sin embargo, algo que
mencionan todas las versiones del cuento es que durante la ceremonia
de bodas ocurrió algo muy extraño. En el momento mismo en que todos
los presentes levantaban sus copas para brindar por la felicidad de
la pareja, Proinsias vio, junto a la novia, una delicada copa de
oro,estaba llena del vino más exquisito que había probado en su
vida. Nadie pudo explicarse de dónde había salido aquella
maravilla, aunque Proinsias sospechó de inmediato que se trataba de
un regalo del pookah; así que brindó con ella por la novia y su
felicidad, y se dice que ambos novios bebieron de ella toda la noche
sin que el vino se agotara, hasta que acabaron un poco piripis,
mientras, en algun lugar de la sala, un pequeño duende anciano
vestido con muy ricos ropajes sonreia satisfecho.
Y no queda mas que
decir, sin duda, aquel brindis con la copa dorada les trajo buena
suerte porque a partir de allí jamás pasaron necesidad y pese a que
no nadasen en riqueza, tampoco tuvieron nunca que conocer lo que es
pasar hambre. Y la copa pasó a formar parte del legado familiar,
pasando de padres a hijos, y aún hoy la guardan sus descendientes
como un tesoro muy apreciado. O eso cuentan los O-Maillgh , una
larga saga de molineros Irlandeses que incorporan a su escudo
familiar una copa dorada con dos espigas doradas cruzadas bajo
ella... sobre la copa, siete estrellas en plata...se dice que
representan a los siete duendes.