Gugu , la pequeña hada y el solticio de Invierno.

Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 25 de diciembre de 2016 8:37




En algun lugar magico, perdido entre árboles y brumas, lejos del ojo curioso de los humanos, dicen que existe un mundo donde habitan todas las criaturas magicas.

Dicen tambien que este magico rincon, existe desde muy antiguo y asi, se dice que la magia existe en el desde una epoca muy remota, mucho antes de que los humanos empezasen a contar el tiempo y dejasen su huella sobre la tierra .

Los mas ancianos hablan de un tiempo perdido, cuando el mundo era aún un inmenso jardín salvaje y la tierra era aun muy joven,, por ese entonces, vivían en los montes y bosques unos seres magicos, inquietos y diminutos, se dice que eran pequeños como un pulgar, y de apariencia hermosa, de piel suave y rosada y rostro delicado como una muñeca de porcelana.

Tenían , dependiendo de su naturaleza, caracteristicas diferentes, algunos, acostumbrados a volar entre las flores, tenian en su espalda unas alas muy delicadas y transparentes como las de las libelulas, tan finas que parecian hechas de pura seda. Con ellas se desplazaban rapido, volando de aquí a alla, jugueteando entre las ramas de los arbustos y jugando entre las flores silvestres, mientras transportaban como abejitas a sus refugios los frutos y la miel que les servian de alimentos.

Otras criaturas vivian en los huecos de los arboles, o en cuevas bajo tierra, eran de piernas cortas, pero sorprendentemente veloces, y mucho mas fuertes de lo que sus pequeñas estaturas podrian indicarnos. Otros vivian en los estanques y los rios, y nadaban como pececillos en el agua, rivalizando con las criaturas de los rios.... Asi, no existia un lugar en la creacion, que no escondiese su criatura magica...

Durante la estación calurosa del año , cuando las montañas , los valles y los bosques en que vivían se cubrían en la estacion de bonanza de una alfombra de flores silvestres y las plantas estaban cuajadas de frutos silvestres y los días eran largos y luminosos e intensos ,estos seres diminutos eran especialmente felices, pues la naturaleza les proveia de tdo cuanto pudiesen desear. Era esta estacion de la luz, la época de la alegría y la abundancia, en la que, entre todas las razas magicas, nacían la mayoría de los bebés y también era esta la estacion de los juegos despreocupados y los baños en el riachuelo cercano,, jugueteando con sus primos acuaticos, y las parejas se encontraban en los prados, con gran alboroto de los mas jóvenes que allí se emparejaban... y asi vivian felices las pequeñas criaturas magicas.

Por eso, cuando la estacion calida iba decayendo y poco a poco llegaban las primeras lluvias y el frio y los días se iban acortando, nuestros diminutos amigos comenzaban a sentir, que el tiempo del alboroto se acababa y empezaban a mostrarse un poco tristes y alicaídos.

En la estación fría del año , la vida cambiaba drasticamente para ellos. Como dejaban de percibir el calor del sol en su piel rosada y la luz del dia se escapaba tan pronto entre las ramas desnudas de los arboles, sabían que era el momento de abandonar sus diversiones despreoocupadas y sus juegos y de retirarse a sus refugios para intentar aislarse de las tormentas, y poder soportar las bajas temperaturas y la nieve.

Era una estación de invierno pues, muy larga y solitaria, y entendereis que muy dura para unos seres tan pequeños para quienes lo más placentero era pasar el día al aire libre recibiendo la caricia de los rayos del sol y jugando entre las flores, que en invierno desaparecian casi por completo.

Ya era sobradamente molesto, tener que pasarse las ultimas semanas de bonanza en el tiempo, acumulando sin descanso provisiones para soportar el frio invierno que poco a poco se haria dueño de todo.



Una de las pequeñas haditas que peor llevaba estar encerrada en el Brugh (asi se llaman los refugios de hadas) todo el invierno, era la joven Gugu. Tal vez, este carácter inquieto le viniese dado por su juventud, a decir verdad, Gugu solo contaba con unos cuantos cientos de años, lo que en la cuenta de la edad de un hada, es ser apenas una niña .

Ya sea porque era aun muy jovencita, o porque su forma de ser era más nerviosa que el de todas las demas haditas, lo cierto es que Gugu no podía parar quieta en el refugio, se sentia mortalmente aburrida. Todos los días, a pesar del frío reinante fuera, y de que la nieve lo cubria todo, la joven hada salía envuelta en hojas secas y pelo de las mudas de los animalitos del bosque al exterior, y daba un corto paseo , intentando adueñarse del tibio resplandor del sol de la tarde, mientras en su cabecita, hablaba con la naturaleza madre, con un hilito de voz, le suplicaba al astro rey que en esa ocasión se quedara tan solo un poquito más para que la noche no fuera tan larga y fria y al parecer, el sol la escuchaba.

Y así sucedia lo mismo dia a dia, jornada tras jornada, la joven se asomaba inquieta al bosquecillo con la esperanza de que la luz del dia, la mimase un par de minutos mas que ayer, antes de desaparecer por el horizonte y regresar al Brugh.
Hasta que en uno de estos paseos, sucedió algo que lo cambio todo, una tarde, se dio cuenta de que sus anhelos empezaban a hacerse realidad y que, hechando cuentas, cada dia regresaba un poco mas tarde a casa. ¡El sol había empezado a retrasar su partida para estar mas tiempo a su lado!

La noche ya no sería tan larga y fria a partir de entonces , penso . En ese combate eterno que la pequeña Gugu habia oido contar docenas de veces a los mas ancianos de las hadas, en el largo duelo entre las tinieblas y la luz, parecia que la dama de la Primavera tímidamente comenzaba a ganar la partida al invierno.Y de esta forma , Gugu se puso muy contenta.

Empezó a comportarse de modo mucho mas animado, de repente, le daba por ponerse a cantar y a bailar, olvidándose casi del frío y de la nieve, mientras corría animando a todos de guarida en guarida dando la buena noticia a todos los que como ella deseaban la llegada de la luz y la estacion calida.

Entonces, los mas ancianos la contestaron que eso, no era nada nuevo, que todos los años, llegaba la primavera, tras el frio invierno, pero ella insistia en que, habia mucho por hacer, que habia que prepararlo todo para la llegada de la primavera.

Convencidos por el entusiasmo de la pequeña Gugo estos seres diminutos empezaron a animarse tambien, y reuniendo todo lo que les quedeaba para pasar el invierno, decidieron reunirse todos e hicieron una gran fiesta. El festejo no podria tener mejor motivo ni razon de ser, la luz estaba venciendo!.

Las tinieblas estaban siendo vencidas y poco a poco, pero sin pausas, se retiraban y daban paso al sol que, cada dia se quedaba un poco mas en el cielo antes de dar paso al manto de las estrellas. Para animarle a quedarse aun mas tiempo con ellos, los seres magicos del bosque encendieron fuegos para que el sol viese que le saludaban desde lo alto, por todas partes empezaron a buscar las primeras flores y bortes de los arbustos y los primeros frutos y con ellos adornaron con guirnaldas de acebo y brotes verdes sus moradas. ¡Que la luz llamara a la luz! Gritaban mientras danzaban alegres alrrededor del fuego.

Sacaron de la comunidad lo mejor de sus provisiones y las reunieron para compartir entre todos un rico festín donde nadie era extraño , asi se mezclaron todas las razas de seres magicos y en feliz harmonia, pasaron la noche juntos entre canciones, bromas y bailes. No importaba ya para nada el frío, al calor de las fogatas, la nieve era hermosa esa madrugada.

Los pequeños seres alados estaban tan felices como cuando las flores crecen por el prado y los frutos cuelgan de las ramas en la primavera. Lo estaban tanto de ver llegar a la reunion a sus hermanos de las montañas y el bosque , que, para demostrarse su cariño y la amistad que los unía, a todos, empezaron a hacerse pequeños presentes, regalos muy sencillos que se entregaban unos a otros ilusionados, asi, a orillas del lago, que empezaba a deshelarse, todas las razas magicas se intercambiaban sus regalitos.

Y se hizo costrumbre entre todos, que los primeros destinatarios, como suele suceder desde ese entonces, fueran los niños, auténticos protagonistas de los festejos con sus juegos y sus risas, que hacían que los adultos por unas horas tuvieran su mismo espíritu infantil. Incluso las criaturas de las aguas, empezaban a mostrarse un poco, pese a que a ellas, les resultaba especialmente dificil combatir el hielo... pero por mera diversion, sus amigos de las especies del bosque, empezaron a hacer figuras de nieve y a tallar el hielo y darle formas de maravillosos animales y plantas... y todo ello a la luz del fuego, resultaba muy hermoso.


Así , desde que Gugu iniciase la costumbre entre las haditas, cada año, cuando en la rueda de las estaciones, se cumple una vuelta completa, y el sol inicia su regreso para su anual victoria en el solsticio, a imitacion de todas las criaturas magicas, los seres humanos también celebramos de algún modo nuestra alegría vistiendo de colores alegres, adornando nuestras moradas con luces de colores que iluminen la noche oscura y, a la manera de la pequeña Gugu, nos reunimos con todos nuestros seres queridos y festejamos en medio del invierno el nacimiento de una nueva luz que nos recuerda que tras las tinieblas siempre renace la primavera, y que por duro que se presente el invierno, al final, siempre acaba regresando la luz... y con ella renace la alegria de vivir, mas pura y sincera.

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