El arbol de roca: Cuento de las Orcadas.

Publicado por HEATHENPRIDE , miércoles, 3 de julio de 2013 7:19

Esta es una de las mas raras historias que me han llegado (y creedme pequeños y mayores, como fabulador errante, he escuchado historias muuuuuuuuuy raras), aunque lo mas extraño es su lugar de procedencia, dicen que se cuenta en las islas Orcadas, y nos narra la historia de un heroe muy poco tipico, de nombre dificil de pronunciar Gnuprknar.

Y vereis porque digo que es este Gnuprknar un heroe muy poco usual, empecemos por hablar un poco de el, aunque quizas si hiciese caso de lo que dicen los mas sabios en esta isla, mejor pasaria de largo en contaros acerca de este curioso personaje, en las Orcadas dicen que, si nada bueno tienes para decir de una persona, lo mejor es quedarte callado, y la verdad es que Gnupknar, era de todo menos un modelo de buena persona.

Holgazan en extremo, nos encontramos a un tipejo, que de puro vago, se pasaba el dia sin hacer nada de probecho, holgazaneando y malviviendo de lo poco que podia sisar de los arboles frutales o entrando a veces a hurtadillas en los cobertizos de algun granjero despistado, donde robaba algun queso o quizas los huevos de alguna gallina. De tan vago e inutil, ni siquiera se ocupaba de su aseo personal, asi que sus ropas se veian raidas y llenas de mugre, y su olor era tan nauseabundo, que decian los del lugar que al rio le saldrian patas para huir antes de permitir que aquel hombre tan marrano se labase en sus aguas.


Y sin embargo, la vida de vagabundo y vago era placentera para Gnuprknar, al menos asi era en las estaciones calidas, donde podia pasarse el dia rezongando y dormitando en las campiñas, solo preocupandose de encontrar un abrigo para descansar en las noches o de ratear en algun lugar algo para su sustento. Pero la cosa se complicaba bastante en invierno, con los frios y las cosechas recogidas, y los frutales sin frutos, era mas que dificil entrar a robar algo al granero de algun granjero, con los perros siempre celosos de protejer las provisiones de sus dueños, maxime, cuando el olor tan nauseabundo que desprendia, alertaba a los perros mucho antes de que se acercase siquiera a los graneros... sus unicas oportunidades eran las de encontrar al perro dormido, o entrar en la granja de alguno de los excasos pueblerinos que no tuviesen un chucho que les alertase en la noche 
de sus hurtos.

Pronto se vio pasando hambre y con muy serios apuros para encontrar algo que llevarse a la boca, hasta que, una tarde, harto de caminar sin rumbo, encontro la entrada a una profunda cueva en la ladera de una montaña. Generalmente, nadie en la isla pasaba jamas por ese lugar, todos sabian que se trataba de la entrada a la cueva de los Trolls, pero Gnuprknar no era conocedor de estas historias, quiza porque nadie se molestaba en hablar con aquel indeseable maloliente…

Entro en la cueva y no tardo en descubrir que , realmente habia en su interior varios troll durmiendo pesadamente, y roncando como si estuviese tronando dentro de la caverna. Lo primero que descubrio, fueron los restos mal asados de un carnero que seguramente habian robado los troll a algun desdichado e imprudente campesino que no se habia cuidado de proteger a buen recaudo todo su ganado. Encontro que, con el mal olor propio de aquellas bestias, y con lo profundo de su sueño, entrar y hacerse con un buen pedazo de carne era un juego de niños. Y asi, ese dia, solo se llevo un buen pernil para la cena, pero, en otros dias sucesivos, se cuido de entrar siempre aun con el dia alto, cuando los troll dormian, y cada vez, sus hurtos eran mayores, pronto no se conformo con robar carne, acabo sisando tambien una buena cantidad de oro de los troll, lo que le permitia comprar algun barril de cerveza y pagar a algun posadero, para que le dejase pasar la noche aunque fuese en una cuadra, pues con su mal olor, no le darian alojo en una habitación asi se presentase con la corona de algun rey como pago.

Obviamente, los troll ya habian empezado a notar la merma en sus provisiones de carne y en su oro, pero como caian pesadamente en su sueño en las horas de dia, y el astuto Gnuprknar se cuidaba mucho de estar en las cercanias de la cueva por las noches, nunca descubrieron quien era el ladron que poco a poco les iba dejando sin riquezas, por mas que apostaban al mas salvaje de ellos vigilando sus tesoros cada noche.

Pero  la facilidad para obtener riquezas , acabo por aflojar mas de la cuenta la sesera del vagabundo, que,en cuanto los rigores de la estacion fria empezaron a desaparecer, ya no veia la necesidad de caminar durante horas a la aldea y acabar durmiendo en un establo al calor de las bestias. Pronto decidio que, esconder un buen barril de cerveza en un lugar bien apartado del bosque y recostarse con la panza bien llena de carne asada de los troll, era una buena manera de acabar el dia. Asi que, de cuando en cuando, se pasaba a robar a los troll y bajaba a la aldea a proveerse de buena cerveza…y borracho como una cuba, mas tarde se tumbaba bajo una encina a dormir…con el calor del verano, pasar la noche al raso no era en absoluto algo desagradable…

Al menos que una banda de malhumorados troll suban colina arriba y te sorprendan dormitando en tu refugio en el  medio de la colina que esta justo enfrente de la entrada de su cueva. En realidad, nunca o casi nunca pasaban por alli, preferian acercarse a las aldeas con nocturnidad y intentar robar algo de ganado o quizas algun ave de corral. Pero como en las ultimas semanas ya habian cometido alguna fechoria y encima, algun misterioso ladron hacia desaparecer de cuando en cuando las reservas de carne, no les quedaba mas remedio que salir de caza, ya que la alarma en las granjas cercanas, hacia muy difícil el éxito de una partida de rapiña.

Con todo, no podian alejarse demasiado de la cueva para la caza, todos sabemos que la luz del sol transforma a los troll en piedra, asi que se cuidaban de tener cerca la oscuridad de la guarida . Pero aquella noche, se encontraron al maloliente borracho durmiendo al pie de la encina, al menos, habia tenido la decencia de darse el banquete un poco mas lejos de alli y los troll no encontraron nada que delatase que el era, en realidad el ladron que tanto buscaban.

Pero una mala noche de caza, en la que regresaban prácticamente con las manos vacias a la cueva, no ayudaba a mejorar en nada el ya de por si, agrio mal humor de estas bestias, que despertaron a puntapiés a Gnuprknar, que asustado vio ante si a aquellos seres enormes y se dio por muerto…sin embargo, se encontro con la sorpresa de que aquellas bestias, anque de carácter muy tosco y salvaje, no tenian idea de quien era, ni de que hacia un “sucio humano” tan cerca de sus dominios.

Asi que, tuvo que tirar de ingenio para salvar su miserable pescuezo…y sin atreverse a alzar mas que la cabeza, y aun apoyado en el arbol que le servia de reposadero, se limito a gemir lastimosamente…

- Hay de mi!!...hay de mi y de vosotros tambien que todos nos ganaremos en breve la ruina!!:

Los troll le escuchaban lamentarse y rascandose sus piojosas cabezas no entendian una sola palabra de porque aquel hombre tan maloliente como ellos, se quejaba tanto y decia que la ruina caeria sobre todos ellos.

- Yo era un rico granjero – mintió  el vagabundo- Uno de tantos a los que vuestros congeneres asaltaban de vez en cuando, pero, últimamente ya eran demasiadas perdidas y se me ocurrio seguir una noche a los troll hasta una cueva en el otro margen del rio.

Los troll sabian que habia muchas otras cuevas en el otro lado del rio, incluso que en alguna de ellas, habitaba un clan de trolls tan feroces como ellos mismos, asi que se tragaron la explicación a pies juntillas.

- Asi que les segui, y cuando les vi entrar en su cueva, decidi vengarme, espere al dia  y mientras los troll descansaban , amontone un monton de ramas secas en la entrada de la cueva….asi espere a la noche y antes de que saliesen, le plante fuego a la leña. Esperaba , tonto de mi!!, que el humo les asfixiase, pero no pense que la cueva tuviese otra salida…asi que pronto me vi corriendo como una liebre con una jauria de trolls furiosos tras de mi.

Los troll reian a carcajadas mientras escuchaban el relato, obviamente, se sentian felices del terror que inspiraban en los humanos, pero en cuanto recuperaron un poco la calma y dejaron seguir al vagabundo con su relato, su semblante empezo a cambiar …

- Me siguieron corriendo hasta este lugar, yo ya no podia mas, estaba aterrorizado y cansado,  y me escondi entre unas zarzas…no me encontraron por fortuna para mi..peroi su jefe, un gigantesco troll tal alto como un roble, golpeo enfadado este tronco en que me apoyo, y después se retiro con los suyos colina abajo. No me atrevi a salir hasta que les supe bien lejos, y después, me recoste agotado en este tronco…hasta que descubri con terror la terrible verdad!!...el tronco se cae!!

Los troll se quedaron mirandose entre si, primero con estupor, mas tarde sin comprender que tenia de terrible que un tronco de una encina vieja se cayese…

- Es que no lo entendeis desdichados???...este tronco es el pilar maestro que sujeta las tierras de esta colina!!, si me aparto y dejo de sujetarlo, se caera, y con el, la abalancha de tierra y rocas que vendra detrás , sepultara todo este valle!!.

Los troll empezaron a mirarse preocupados, si eso era cierto, su propia cueva quedaria sepultada…asi que, entre ellos empezaron a hablar, lo primero era sustituir a aquel humano sosteniendo el tronco, era obvio que tras dias alli plantado, sin tiempo siquiera de comer o asearse, las fuerzas no le darian para mucho mas…asi que, le ordenaron que bajase la colina y se acercase a la granja mas cercana…que ellos se harian cargo de apuntalar el tronco y salvar el valle y con eso su propia cueva.

Gnuprknar no se hizo repetir la invitacion…y descendio aguantandose la risa la colina , sin correr demasiado para no descubrir el engaño, mientras dos de los 4 fornidos troll se quedaban en su lugar apuntalando con sus robustas espaldas la encina…mientras, los otros buscaban como desesperados, troncos o rocas con los que sustituir como apoyo, los cuerpos de sus compañeros.

De esta forma, les fue sorprendiendo el alba, y dicen que todos ellos se transformaron en roca, dos de ellos, apoyados en un enorme pilar de roca, que dicen que es el viejo arbol que con los siglos se volvio tan recio y duro como los dos troll que lo sostienen…otros dos, mas cerca , pegados a dos enormes rocas redondas que empujaban asustados con el tiempo en contra hacia el arbol, para apuntalarlo…Unos no se atrevieron a huir porque temian que al apartarse, el tronco cediese y la colina se desplomase , los otros, porque no deseaban dejar alli a sus hermanos…y porque si realmente la colina se venia abajo, no habria ya a donde huir.


Dicen de Gnuprknar que regreso por el lugar muchas lunas mas tarde, y se sorprendio de encontrar a los troll alli petrificados…pero se sorprendio mas, de encontrar la cueva vacia, con lo que tuvo tiempo mas que sobrado para saquearla a placer… aunque se dice que amaso una enorme fortuna, dicen que siguió siendo el mismo patan miserable, borracho, sucio y descuidado, que se conformaba con tener para emborracharse cada atardecer. De la fortuna de los troll, jamas se supo, se cree que el vagabundo la escondio en algun lugar del bosque, o quizas en alguna de las cuevas mas pequeñas de las montañas, nadie lo sabe con certeza, solo se cuenta, que todos en las Orcadas saben de esta historia, y que aun hoy se busca el tesoro de los troll del arbol de roca.

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