La leyenda del oro del Leprechaun : Cuento tradicional Irlandes.
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 27 de marzo de 2016 4:33
Cuentan los viejos buhos que habitan las ramas mas altas del gran roble, una historia forjada en tierras lejanas, mas alla del gran mar, que separa las tierras del frio norte de las islas mas al sur.
En esta tierra lejana, existe un pais plagado de leyendas sobre seres magicos, la cuna las mas hermosas historias de las tribus celtas. Hablamos, como no, de la tierra hermosa de Irlanda!.
Y hay un personaje muy popular en esa hermosa tierra, un duendecito astuto, pero tambien avaro y desconfiado en extremo. Se trata de los pequeños y esquivos Leprechaun, todas las historias dicen que se pasan su larga vida acumulando monedas de oro, que esconden en un hoyo, dentro de una olla. Sin embargo , tambien dice la leyenda, que a la poderosa diosa Morighan no le hace mucha gracia la desmedida avaricia de estas criaturitas, asi que lanzó un poderoso conjuro sobre ellas. Se dice que los Leprechaun odian la lluvia, esto se debe a que cuando llueve, inmediatamente despues, con la salida del sol, se forma un arcoiris. Los antiguos dicen que es posible encontrar el tesoro de los duendes si sigues al arcoiris hasta su origen, al menos asi lo han oido contar los buhos que han venido a decirmelo a mi, al pie del gran roble.
Asi que, hoy os contare la leyenda que un granjero se encontraba trabajando desbrozando matojos en sus tierras cuando descubrió por casualidad al agacharse a arrancar una mala hierba a un hombrecillo con un gracioso sombrero negro y ropas verdes,que se escondía bajo una hoja.
Convencido de que se trataba de un leprechaun, el granjero salio corriendo tras el, y pese a que este corria rapido, cometio el errror de correr sobre el campo ya desbrozado, por lo que no encontro donde esconderse, de esta forma, el granjero lo capturó enseguida, y le retuvo para poder preguntarle dónde tenía escondido el oro que almacenaba a lo largo de toda su larga vida.
El leprechaun suplico que no le obligase a decirlo, pero el granjero le dijo que si no lo hacia, le ataria y no le dejaria escapar. Esto aterraba al pobre hombrecillo de larga barba gris, pues sabia que si el granjero lograba retenerlo hasta la caida del sol, se veria obligado a ser su siervo durante el resto de sus dias, y a acudir a cada silbido del granjero para cumplir toods sus caprichos.
De esta forma, a menudo que iba avanzando el dia, el leprechaun estaba cada vez mas asustado y desesperado y sólo deseaba que le liberasen, por lo que, cuando vio que empezada a descender eñ sol. enseguida le reveló al granjero que su tesoro se hallaba oculto debajo de un arbusto cercano.
El granjero, sin dejar escapar al duendecillo de su mano, caminó despacio hacia el arbusto donde el duende decia que estaba escondido el oro, pero al llegar allí encontró cientos de arbustos idénticos, todos eran muy parecidos. Como en ese momento, habia olvidado su vieja pala en casa y no tenía a mano ninguna herramienta para cavar, se quitó de un tiron un pedazo de su camisa de un intenso color rojo y lo ató a una rama para marcar el arbusto que el Leprechaun le había señalado.
– Voy a casa en busca de una pala para empezar a cavar- dijo el granjero. 
A lo que el duende respondió meneando la cabeza:- Yo ya he cumplido con mi parte del tratp. Ya sabes donde está el oro,asi que ya no me necesitas, cumple con tu palabra , yo ya te he dicho lo que deseas saber, por lo tanto puedes dejarme libre.
A lo que el duende respondió meneando la cabeza:- Yo ya he cumplido con mi parte del tratp. Ya sabes donde está el oro,asi que ya no me necesitas, cumple con tu palabra , yo ya te he dicho lo que deseas saber, por lo tanto puedes dejarme libre.– Antes debes prometerme , que no intentaras faltar tu a la tuya y has de prometer que no quitarás el pedazo de tela azul , ni te llevarás el oro lejos - añadió el granjero.
-Tienes mi palabra de duende. Y creeme, siempre cumplimos lo que prometemos.
Sin embargo aunque el granjero marcho contento en busca de su pala, el duende no se resignaba a perder su oro, y es obvio que el campesino no contaba con la astucia del duende.El pequeño Leprechaun cumplió con su palabra dada,pero cuando el granjero regresó al campo a los pocos minutos el trapo que el había colocado para marcar el arbusto del oro no había desaparecido, pero el duende había hecho multiplicarse los arbustos por centenares de miles, cubrian muchas leguas a la redonda!. Y no contento con esta treta , habia colocado trapos rojos idénticos en cada uno de los arbustos, ¿cómo averiguaría ahora el campesino donde estaba el oro?
