LA AMOROSA DIOSA FREYA

Publicado por HEATHENPRIDE , jueves, 8 de abril de 2010 9:18





Un presente para Freya

Cuando el mundo era aun muy joven, y los Dioses aun miraban su creación, para irla completando, sucedió esta pequeña historia que me dispongo a contar.

Por ese entonces, las criaturas de Midgard se mostraban agradecidas a los Dioses, y preparaban con esmero la festividad de las grandes Madres. Cada criatura, tenia su ofrenda, y trataba con ella de ganarse el favor y el agrado de las buenas Diosas, así el carnero ofreció su carne, para el banquete del sacrificio (y el buen Thor se comprometió luego a resucitarlo), el buey dio su ancha espalda, para que el hombre se sirviese de su fuerza, para realizar el duro trabajo de arar los campos. La cabra ofreció su leche, para hacer buena mantequilla y queso agrio, y los pajarillos ofrecieron un recital, de dulces cantos…

Así y por no extenderme, todas las criaturas mas próximas a la humanidad y los dioses, pasaron por el Folkwang y ofrendaron, pero había unas pequeñas criaturas, que también deseaban presentar su tributo a los Dioses, y a sus protegidos los humanos.

Las humildes abejas del panal se reunían alrededor de la colmena, zumbando alborozadas, hasta que aparecieron los zánganos reales, y de repente todas callaron, para escuchar a su reina, que les hablo de agasajar a las Diosas y de que la festividad de las Grandes Madres se acercaba, y aún quedaba tiempo para preparar su regalo.


Así que día y noche las abejas laboriosas, incansables se afanaron, en recorrer infatigables las praderas, los bosques y los altos prados, para regresar a su colmena, con el preciado néctar para su regalo.

Pero aunque ya se veían las primeras flores, el invierno aun no había terminado, y el trabajo era intenso y duro, pues hacia frío y aun la nieve, cubría casi todo, con su manto blanco.

Solo la severa diosa Skodi, la giganta, miraba intrigada el trasiego de las abejas, desde lo alto de su castillo en las montañas de fríos eternos y perpetuos paisajes helados. Y la curiosidad hizo presa en ella, y llamo a sus lobos de lomos nevados y les mandó husmear e investigar el secreto de las abejas, y regresar al castillo a contarlo. Y los lobos lo supieron todo y pronto regresaron, a informar a la Diosa del propósito de tanto ajetreo y trabajo…

Y la Diosa se sintió conmovida y pensó en ayudar a las abejas, y dispuso que las nieves abandonasen los campos, un poco mas temprano, pero las abejas nunca lo supieron, aunque se alegraron por poder acelerar, con el buen tiempo su trabajo.

Pero el calor repentino antes del fin del invierno, despertó al gran Beorn , el oso señor del bosque, hasta entonces, aletargado, y salió a estirar las patas y desperezarse fuera de la cueva, para sacudirse la modorra y el letargo.

Pocas cosas hay mas agudas en la creación, que un olfato de oso goloso y pocos olores mas apetecibles, que el de la dulce miel, por descontado, así que sucedió lo que tenia que pasar, Beorn dio con el panal y se dispuso a darse el gran atracón después de asaltarlo. Y ciertamente lo hubiera logrado, pese a que las abejas lo defendieron valientemente, picando al oso furioso, con saña y enfado.

Pero las picaduras de las abejas no frenaron al gran señor de los bosques, sino el rostro tenso de la poderosa Skodi, cubierta con un manto de armiño blanco, que recrimino furibunda al oso:


* Era el regalo de las laboriosas abejas para las grandes Madres, y tu te has atrevido a robarlo…Te condeno a reparar tu falta, entregando sumiso con las abejas, el presente, para reparar el daño.

Y desaparecieron en el bosque la Diosa, seguida por el oso cabizbajo, y ya sin mas interrupciones, las abejas trabajaron duro, para finalizar con tiempo justo la ofrenda antes de la fiesta, cuando el invierno hubiese terminado.


Y ciertamente, este acabo, y la primavera llego, esplendorosa sobre los campos , las madres se emplearon a fondo, haciendo fértil la tierra, y llenando de nueva vida los campos…Y llegado el tiempo de la festividad, todas las criaturas de los montes, prados y bosques, se prepararon.


Y descendieron por el puente multicolor Biforst los cascos de Sleipnir, montado por el noble Hermod como heraldo, y una a una todas las criaturas de Midgard le siguieron hasta los confines del Asgard y el Folkwang con sus verdes prados.

Allí esperaban las Diosas, con todo el palacio engalanado, y dio comienzo la esplendorosa fiesta, con la exhibición de las aves cantoras, y la danza de cisnes en el lago, y las justas de ciervos en celo, con sus hembras azoradas mirando, y las bufonadas de una rana traviesa, que se entretenía saltando…y se engullía a alguna mosca demasiado atrevida, que incordiaba a las grandes Diosas, de vez en cuando.

Así una a una las criaturas, fueron dejando sus ofrendas, presentes y regalos, desde el mas humilde, al mas preciado, seria incontable nombrarlos, y las diosas se miraban complacidas, y la fiesta se iba acercando a su cabo.

Pero antes del fin se oyeron los lures de llamada, y anuncio la voz del heraldo:


*Se presenta la noble Diosa Skodi, con sus protegidas, para entregar el fruto de sus esfuerzo como regalo!.

Y ciertamente allí estaba extrañamente hermosa, Skodi, vestida con un manto blanco, y su presencia extrañaba en la congregación, a propios entre los Dioses y a extraños, pues nunca antes la reina de los hielos eternos, se había presentado, en las festividades de primavera, y mucho menos con un regalo!.

Las Diosas se miraron entre ellas, y también cuchichearon , y finalmente , descendió de entre ellas la Gran Señora Freya, a recibir en nombre de todas, el regalo…

A una señal de Skodi entro el gran Beorn, sumiso y cabizbajo, portando en su lomo un gran caldero brillante, de bruñido color dorado. Tras de el, venia el enjambre, circundando a su soberana, zumbando, y así avanzaron todos, hasta los pies del estrado. Finalmente , las abejas abrieron paso, y solo reina y dos guardas avanzaron, para posarse esta sobre el cabello de la diosa, mientras todos vitorearon.

Y el collar dorado de la diosa iluminaba, a las dos monarcas como un día claro!, y la diosa metió su dedo en el caldero…y se lo llevo a sus dulces labios, y riendo invito a todas sus hermanas:

*Descended todas y compartamos, en hermandad tan preciado regalo!

Y cierto es que lo compartieron, y todos comieron de la miel hasta que se saciaron!, incluso el glotón y goloso Beorn, con las abejas reconciliado, y por mas miel que comían, el mágico caldero de Skodi, nunca se daba vaciado.


Sobro ciertamente mucha miel, que las diosas compartieron con los Dioses, y con todo, siguió sobrando, así que, una vez mas, se llenó el puente del arco iris , de alegres Diosas y dioses cantando. Y aquella tarde los dioses, compartieron el regalo del oro dulce de Freya, con sus protegidos los humanos.

Y así es como la dulce miel nos conforta desde entonces, de los sinsabores de la vida, y de los tragos mas amargos, y desde entonces la usan las amorosas madres, para endulzar a sus pequeños, y todos la disfrutamos.

Dulce como el corazón de Freya, dorada como sus cabellos trenzados… humilde como la labor de la abeja y compartida…como el tributo y la adoración a la diosa, que todos profesamos.



Amo este cuentecillo...Dedicado a una hermosa madre, y a su pequeño (cuyo nombre da titulo a este lugar y ciertamente no podria haberlo mejor!!!). Pense en presentar a los mas pequeños, a las grandes Madres, en especial a Freya, y a la poderosa Skodi, señora del invierno (dualidad magica, ahora que aca en mi hemisferio Freya despierta la primavera, Skodi cubre de frios el lugar de origen de mi dulce amiga, y deseo que no sea demasiado dura Skodi en su Chile!, hay muchos hermansm que encararan este invierno al raso allí),tambien algun mito acerca de Thor , y sobre todo, la noble virtud de la laboriosidad y de compartir el fruto de tu trabajo!.

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