LA NOBLE VIRTUD DE COMPARTIR

Publicado por HEATHENPRIDE , jueves, 8 de abril de 2010 10:35




Cuentan que en las frías tierras de Noruega , donde el invierno es duro y cruel, vagaba sin rumbo fijo un hombre, semienterrado en nieves casi perpetuas. Vio en la lejanía una granja, y hacia allí se encamino, a ver si el dueño le ofrecía cobijo, al menos por una noche. Así que, medio a regañadientes le dejó cobijarse en el establo, para que durmiese sobre la paja, puesto que su aspecto desastrado, no era el adecuado, para mezclarse con su familia.

Y es que, cuando llevas quizá años caminando hacia ninguna parte, tu ropa se vuelve mugrienta, y tu barba desaliñada y larga, y si encima eres tuerto y te cubres con una raída capa, quizá quien no ve mas allá de lo superficial, no te de muestras de mucha confianza. Así que, en tan precario alojamiento, en medio de las bestias, en la paja, ceno el hombre , hambriento, un mal plato de gachas, mal condimentadas y peor cocinadas, regadas por cerveza aguada, y con la panza escasamente llena, intento descansar, hasta el alba de una nueva mañana.

Y con la llegada de un nuevo día, salio al cercado donde le esperaba, el dueño de la granja, dispuesto a cobrarse “el alojamiento” y “la pitanza”. Nuestro hombre no discute, dice que trabajara, que no mendiga nada, así que acepta arrancar las malas hierbas, que pueblan el sembrado, que se extiende ante la granja.

Al poco, le encuentra el dueño, tumbado sobre la paja, descansando según dice, de la tarea realizada. Mira incrédulo el hacendado, y comprueba estupefacto, que no hay una mala hierba en los prados, y que esta toda amontonada, en un montón para ser quemada, cerca de la entrada al establo. Como aun persisten las nieves, el hombre, quiere quedarse una temporada, así que después de comer, la misma bazofia mal preparada, que la noche anterior, sale a trabajar y ganarse su jornada. Esta vez, se le manda hacer la siega, de los campos de cebada, y sin emitir una queja, comienza la faena, con la tarde recién empezada.

Como en la tarea anterior, antes de caer la tarde acaba, y de nuevo se dispone a cenar malamente, y a dormir sobre la paja. Y así van cayendo los días, y la nieve y el frío, ni menguan ni bajan, y el hombre sigue trabajando duro, reparando el vallado, que rodea la hacienda y la granja, roturando los campos, abriendo surcos para la acequia y el agua, raspando el casco del Knorr, en dique seco , volviendo a techar el establo de la granja. Y todo esto siempre por el mismo pago, siempre la misma cama y la misma mala comida pese a que las durezas de las labores se incrementaban.

Y es que, cuanto mas perseverancia y virtud muestra un hombre, mayor es la mezquindad humana, y el amo de la hacienda desde el primer día, vio la oportunidad de ahorrarse, una buena cantidad de soldadas, ya que, aquel hombre desaliñado, pese a su fragilidad aparente, trabajaba, con la solvencia y los resultados de un maestro, prácticamente por nada, así que ¿Por qué no aprovecharse, de las nieves, y de la situación forzada?.

Pero toda injusticia tiene su fin, y una buena mañana, se presento sin previo aviso, el Konungr manco y su sequito en la granja, y no tardo en ver el abuso cometido, con el pordiosero, alojado en el establo de la granja.

Así que monto un consejo, para dictar una sentencia clara, y condenó al Bondi a pagar justamente por el trabajo hecho, 10 monedas de plata, además de servir un copioso banquete, hasta que el mendigo dijese “basta”. Pero este contesto que aunque malamente, había ya comido, y estaba llena su panza, así que se resolvió que la sentencia se cumpliría en el primer caminante, que pasase por la granja.

Al poco de mancharse contento el mendigo tuerto, llego un nuevo mendigo a la granja, un joven de barba descuidada y rubia, y de melena igualmente descuidada, que portaba orgulloso un mazo de herrero, sobre sus anchas espaldas. Por miedo a las iras del rey manco , prepararon el banquete, y ante la mesa le sentaron, para disfrutar de la comida.

Deseoso el Bondi de acabar, con la sentencia cuanto antes, mando matar un buen carnero, y prepararlo debidamente , acompañado por la mejor de las cervezas y todo ello fue servido, al joven mendigo para la cena. Contaba el avaro señor con cenar las sobras, pues opíparamente preparado, el banquete era digno de un rey, así que no convenía despilfarrarlo. Pero el joven se ceno el carnero entero, y se ventilo uno tras otro 5 cuernos de Aol bien agrio…y sonriendo declaro “nada mal para el primer plato”.

Siguieron otros dos carneros, y tres pollos y dos patos, y tres raciones de pescado seco, y todo ello bien regado, por mas de un barril de cerveza y el estomago de aquel hombre, no parecía haberse llenado, mas que el fondo de un barril donde viertas agua, y se encuentre agujereado…

Se prolongo la cena toda la madrugada, matanza y asado continuado, cuerno tras cuerno, plato tras plato, sin que el joven se diese por saciado. Pronto se oia sollozar al Bondi, “estoy arruinado”, ya no queda ganado en el establo, ni barril de cerveza durante años conservado, pronto para saciar a este monstruo, tendré que sacrificar hasta a los caballos. Pero no llego la cosa a tanto, pues se levanto el joven de la mesa, y tomando el mazo, salio riendo por la puerta, diciendo “que bien he cenado”.

Cuentan que se castiga por los dioses la avaricia, la usura y no dar justo pago, al trabajo correctamente hecho y que el bondi recordó la lección y en los sucesivos años, fue justo con sus siervos, pago holgadamente por los trabajos...y dicen que dejaba dormir en el mejor de los lechos a los vagabundos, en busca del don hospitalario. Pues a veces hasta los dioses, reclaman reposo y descanso, y premian o castigan en justa medida, de lo que ofrecemos o les negamos.


Este cuento me ha quedado quiza demasiado adulto, pero es que esta basado en un cuento tradicional (creo que Islandes), y no quise modificarlo demasiado. Creo que es ideal para introducir al pequeño en la virtud de compartir lo que tienes sin esperar nada a cambio,o en todo caso, a cambio de una compensación justa!. La usura era un crimen detestado por nuestros ancestros. Tambien reconocemos aqui, la cerlebre figura de Odin en su faceta de errante (Bolberk), a Tyr en su faceta de señor de la justicia terrena (el que quita y pone reyes), y finalmente, a un muy joven Dios del Trueno!!!, siempre con un voraz apetito ya legendario...

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