Perder la Cabeza ( II ) : Loki hubiese salido bien parado en los mitos de otros pueblos?
Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 6 de octubre de 2019 7:19
Como hemos visto, Loki no lo hubiese tenido facil para burlar a ciertos personajes en alguna leyenda popular alrrededor del mundo, y es que, el mito de apostar la cabeza y perderla, y intentar inventarse una treta para salirse con la suya, no es para nada, una exclusividad de los mitos del norte, ni patrimonio de Loki y los enanos … Loki se libró de perder su cabeza porque declaro que podian tomar su cabeza cuando quisiesen, pero que su cuello era intocable, pues no lo habia perdido en la apuesta, pero, como veremos, es posible que, de haber estado en las leyendas de otros pueblos, no hubiese salido tan bien librado.
Wataru era un pobre hombre que malvivia en un callejon del antiguo Tokio, con su esposa Sakura. En los ultimos meses, su pequeño negocio, un local donde servia sopa y arroz preparado para la gente humilde, habia decaido bastante, asi que, en muy poco tiempo, las deudas empezaron a acosarle, y pese a los ruegos de su esposa, acabo por ceder a la desesperacion y acudir a un Gōdatsusha (un prestamista usurero de la Yakuza) ,la poderosa organización de delincuentes japonesa, no tenia escrupulos en prestar dinero con muy elevados intereses a pobres desgraciados como Wataru, que invariablemente, siempre tenian problemas para devolver lo prestado.
Asi, la misma noche en la que Wataru esperaba la visita de Konsuke , el prestamista, se presento en su local un anciano que mendigaba por el vecindario. Considerando que, su negocio no podria ir peor, Wataru le acogio en su casa, y le sirvio un plato de sopa caliente, el anciano se acurruco en una esquina, agradecido a tomarse su sopa, acompañado de un perro negro y un gato que le seguian a todas partes.
Para cuando llego Konsuke, la desconsolada Sakura se vio obligada a servirle sake (vino de arroz) de muy mala gana, mientras se sentaba en una mesa con su esposo, y mientras bebian, discutian los pormenores del prestamo.
Antes de que ella pudiese evitarlo, su esposo ya estaba bastante bebido, asi que, a Konsuke le fue sumamente facil convencerle de que jugase con el a los dados. Para comenzar , el habil tramposo aposto una elevada suma (casi la mitad del prestamo que Wataru necesitaba) contra un plato de sopa... y se dejo perder, con lo que Wataru, emvalentonado por la bebida , crey que su oponente era sumamente malo jugando a los dados . Asi, aposto doble o nada contra Konsuke, que esta vez, gano la partida y le hizo creer que solo habia sido un golpe de suerte.
Sakura miraba con desesperacion como su esposo borracho perdia una tras otra partida, y apenas ya podia tenerse en pie, no solo ya debia una imensa cantidad de dinero a Konsuke, sino que este, le habia ofrecido la posibilidad de recuperarse, apostando su negocio contra la abultada suma de yen que Konsuke habia ganado. Pero, antes de que el pobre Wataru pudiese cometer el mayor error de su vida, el anciano se levanto de su esquina, y fingiendo estar tambien muy borracho, fue a tropezarse con la mesa de juego, tirando los dados al suelo.
Konsuke estuvo a punto de golpearle, pero el anciano recogio los dados del suelo (cuidandose de cambiarlos por otros similares) y se sento frente al prestamista. Declaro que, su “nieto”, ya habia bebido demasiado, y que no estaba en condiciones de seguir apostando...pero que el podria sustituirle para intentar recuperar lo perdido. Para que el usurero aceptase , saco de su raido bolsillo un anillo de oro y lo deposito sobre la mesa.
El anciano dijo que habia pertenecido a su padre, y que era su mas preciada posesion, obviamente, al Gōdatsusha Konsuke no se le escapo el valor de la joya, podria valer facilmente tanto como aquella penosa choza , asi que, quedarse con todo y añadir encima tal tesoro al lote, desplumando al anciano, seria la guinda que adornase el pastel.
Pero el habil anciano se habia olido la trampa de lejos, llevaba muchos años mendigando en la calle y se habia encontrado con docenas de estafadores y tahures de medio pelo como aquel, sabia que siempre jugaban con dados lastrados, pero con dados normales, la cosa cambiaba...ahora el maestro de los trucos y los lances con efecto era el.
Konsuke perdio el primer lance, penso que habia sido tan solo un pequeño golpe de suerte del anciano, el problema, es que , la apuesta era tan elevada que, ya incluia una elevadisima suma de yen, la propiedad del negocio, el anillo y alguna que otra baratija...asi que, para hacer frente a la apuesta de “doble o nada”, Konsuke hubo de presentar una abultada bolsa de monedas de oro que cubriesen tan elevada apuesta. Lanzados los dados, Konsuke apenas podia creer que su resultado no fuese el mas elevado como siempre solia ser, pero con todo, penso que el anciano no podria superarlo, pero se equivoco!...
Konsuke no solo perdio la bolsa de oro, sino que vio como el anciano , de repente ya no parecia estar en absoluto bebido. Se dio perfecta cuenta de que, todo habia sido una treta, y ahora era el, quien estaba en muy serios apuros, viendose obligado a subir la apuesta o perderlo todo. Asi que, saco de su bolsillo una bolsa que contenia todo el resto del dinero que le quedaba, a todas luces, insuficiente para cubrir ni la mitad de la apuesta....asi que, ya desesperado y en un ultimo intento por derrotar a aquel be-shoku (sucio mendigo), grito “al todo o nada!...apuesto mi cabeza a que esta vez no tendras tanta suerte”:
El anciano sencillamente asintio y una vez mas, los dados le dieron la victoria por la minima. Konsuke no lo podia creer!!...habia vuelto a perder, penso en dejarse de tonterias , derribar al anciano de un golpe y marcharse sin mas, con toda la fortuna que habia sobre la mesa, pero el enorme perro negro que hasta entonces habia estado tumbado tranquilamente en un rincon, empezo a mostrar los dientes y a acercarsele peligrosamente.
Comprendio que habia perdido la partida, asi que, se levanto de la mesa y se retiro maldiciendo de la casa. Habia dejado atrás una fortuna sobre la mesa de juego, pero eso era todo lo que aquellos desarrapados iban a sacar de el , pues no pensaba pagar ni un yen mas de la deuda que habia contraido. Eso, si no mandaba a sus matones a ajustar las cuentas a todos los de la casa.
Sakura se encargo de llevarse a su esposo a que durmiese su borrachera, y despues, regreso a agradecer al anciano lo que habia hecho. El anciano dijo que, de momento se conformaba con la hospitalidad de la casa, pero Sakura le dijo que, dado que le debian no haberlo perdido todo, podia quedarse todo el tiempo que quisiese.
Al amanecer del dia siguiente, con Wataru ya mas despejado, el anciano les aconsejo buscarse empleados , pues con todo lo que habian ganado, la casa de Wataru ya no pasaria mas estrecheces. Konsuke se entero de la noticia y maldijo por lo bajo, no solo habia perdido la oportunidad de quedarse con la casa, sino que, encima, ahora el negocio de Wataru prosperaria con nuevos empleados, gracias a su propio dinero.
Asi que, se presento en casa de Wataru, y una vez mas, se encontro al anciano sentado tranquilamente en una mesa. Con excasos modales, dijo que no iba a pagar ni un solo yen de su deuda, y que tendrian suerte si no se encargaba personalmente de que los hombres de la Yakuza le diesen una soberana paliza a todos los de la casa.
El anciano simplemente, abrio su mano y mostro los dos dados trucados que habia arrebatado a Konsuke y sencillamente le espeto .”Tienes una deuda que saldar con mi nieto... y pagaras mas pronto que tarde, pues no creo que al Shogun le guste conocer que eres un maldito ladron y usurero!”
Asi fue, como Konsuke urdio una habil treta, cuando tal y como esperaba, pasados los meses sin pagar un solo yen de su deuda, Wataru fue a reclamar justicia al castillo del Shogun , y este reclamo la presencia de Konsuke como acusado de morosidad, este se presento ante todos como un hombre arruinado, sin pertenencia alguna. La tapadera era perfecta, pues para no levantar sospechas, la organización de usureros operaba desde una choza pobre al final del barrio pesquero de la cuidad , un lugar que los soldados del Shogun registraron de cabo a rabo, pero donde no encontraron ni un solo yen, pues Konsuke se habia encargado de esconder todas sus oscuras ganancias en otro lugar.
De esta forma, el habil prestamista se libro de momento de pagar la deuda , pues el Shogun declaro que, aunque era cierto que tenia una cuenta pendiente de pago, tambien observo que, ante la aparente carencia de bienes, era del todo imposible que Konsuke pudiese hacer frente a pago alguno.
Pasaron pues los meses, y pese a todo, a Wataru y su esposa no les iban mal las cosas, con todo el dinero que el anciano habia ganado al prestamista, la casa de comidas habia prosperado mucho...pero el anciano que , seguia siendo tratado en la casa como si fuese uno mas de la familia se tratase, no estaba dispuesto a dejar quedar asi las cosas.
Sabia que el usurero no hubiese dudado en dejar en la mas absoluta miseria a la joven pareja, asi que, ahora el se encargaria de darle un escarmiento cuando encontrarse la menor oportunidad... y esta llego una mañana, cuando el gato negro del anciano entro en la casa, y se sento sobre las rodillas del anciano, maullando mansamente en su oreja.
Inmediatamente, el anciano reunio a la mesa a Wataru y Sakura y les digo que no hiciesen preguntas y invirtiesen una fuerte suma de dinero en un negocio del que el les dio todos y cada uno de los detalles.
Konsuke no pudo creerlo, cuando vio como el negocio altamente lucrativo que llevaba meses planeando se le iba de las manos, asi que, decidio pedir justicia al Shogun, acusando a Wataru de usurparle su negocio con malas artes.
Con eso contaba el anciano, que se presento representando a Wataru, cuando los soldados le reclamaron para presentarse ante el Shogun.
En el gran salon, estaba Konsuke, asegurando que, Wataru le habia robado la idea de un gran negocio, exigiendo justicia y castigo. Pero en cuanto el turno de palabra paso al anciano, y este pudo defenderse, con el mayor de los respetos se dirigio al Shogun, permiiendose recordarle que, meses antes, su nieto habia presentado una denuncia por moroso al mismo hombre que ahora se permitia emprender negocios que requerian de una sustanciosa inversion inicial.
El anciano declaro que no estaba en su mano hacer justicia, ni poseia medios para obligar al usurero a pagar su deuda, pero, aprovechando que Konsuke estaba ante el Shogun y no se atreveria a mentir por miedo a que se le pillase en falta ante el señor de aquellas tierras, pregunto con cierta sorna, si parte de la deuda impagada no era la propia cabeza de Konsuke.
El usurero se vio forzado a admitir que asi era, pero intento una ultima jugada, decir que no podia pagar la deuda hasta que el negocio que Wataru acababa de robarle le permitiese tener ganancias con las que hacerlo en breves.
El Shogun empezaba a perder la paciencia con todo aquel embrollo, asi que, ordeno al anciano que rebelase a donde pretendia ir a parar con todo el asunto ese de la cabeza apostada y perdida por parte de Konsuke y en que influia eso al caso que estaban tratando.
El anciano sonrio y dijo “ mi señor, mientras este hombre no satisfaga la deuda, ¿no pertenece su cabeza a mi nieto como parte de la deuda que queda sin saldar?”. El Shogun hizo un ademan a sus consejeros, y tras unas largas deliberaciones, acabo por conceder, que, evidentemente asi era, que ya que Wataru habia sido lo suficientemente considerado de no reclamar la cabeza del usurero, mientras no se pagase la deuda, esta le pertenecia legalmente.
El anciano sonrio, y antes de que Konsuke pudiese pensar en alguna treta o alegato de respuesta , volvio a preguntar al consejo del Shogun: “mis nobles señores han declarado que la cabeza de este usurero pertenece a mi nieto, mientras no se salde la deuda...siendo esto asi, ¿no pertenece igualmente a mi nieto cualquier pensamiento de esta cabeza hasta que la deuda se haya saldado?
Y asi fue, como el Shogun declaro que mientras la cabeza de Konsuke perteneciese a Wataru, cada pensamiento de la misma le pertenecia igualmente, por lo que, legalmente, la idea inicial del negocio le pertenecia por puro derecho.
Ni que decir tiene que el negocio dio grandes ganancias a Wataru y su familia, con el tiempo, llego a ser tan rico, que Konsuke llego a temerle y poco a poco, fue saldando la deuda, con lo que las posesiones de la casa de Wataru medraron aun mas.Cuando la deuda fue saldada por entero, Wataru se planteo saldar la ultima cuenta, ofrecio a Konsuke, devolverle su cabeza, a cambio de que no se le volviese a ver por la cuidad.
En cuanto al avispado anciano, ni que decir tiene que sus dias de vagabundo se terminaron, algunos dicen que termino sus dias felizmente en casa de la joven pareja, otros aseguran, que pese a su avanzada edad, aun sirvio como consejero del Shogun durante muchos años.
Como vemos , algunos relatos dan soluciones muy ingeniosas a eso de apostar la cabeza, perderla y...a fin de cuentas, querer escurrir el bulto del pago. En alguna ocasión, los textos o los relatos acerca de esta clase de cuestiones tan peliagudas, pretenden ser “moralizantes” y servir como una seria advertencia.
Kitab 'alf altawba , es un raro compendio de cuentos cortos de carácter muy moralizante debidos a la cultura musulmana, se podria traducir como algo asi “el libro de las mil penitencias”. El relato que os voy a aportar es uno de los muchos que contiene.
Ahmed khashyat allah (el temeroso de dios), era un pobre beduino que vivia con su familia al borde del gran desierto, todo su orgullo eran sus cuatro hijos, tres muchachas y un varon, el menor de ellos, que junto a su amada esposa, eran lo mas hermoso que Allah le habia regalado.
No era, ni mucho menos, un hombre rico, apenas poseia media docena de camellos que usaba para comerciar con otras familias de beduinos, pero aun asi, no se quejaba de su suerte, podia mantener a su familia, y tener al menos unos pequeños ahorros.
Si de algo podia quejarse en la suerte que le habia sido repartida, era de tener que soportar a Sidi alghashash (el tramposo), un pariente cercano, dado a toda clase de excesos y mala vida, que, invariablemente, cuando las cosas se retorcian demasiado para el, acudia a su casa, alegando los lazos de sangre, a darle un buen sablazo en sus arcas y asi salir de sus apuros economicos a su costa.
Ahmed no puso su mejor cara cuando vio aparecer a Sidi, siempre era igual, cada vez que aparecia por su casa, era siempre para lo mismo, vaciarle la bolsa con cualquier excusa, ¿¿porque habria de ser diferente esta vez??.
Y sin embargo, las suplicas del tramposo sonaron verdaderamente desesperadas esta vez. Debia un monton de dinero a un poderoso Cadi, y sabia que si no pagaba, posiblemente su cabeza rodaria pronto por tierra.
No te lo pediria si de verdad no lo necesitase primo!!.... Estoy en un aprieto realmente gordo...si no satisfago pronto mi deuda...el gran Cadi Rasha me cortara la cabeza... si he de dar mi cabeza a alguien, prefiero ofrecertela a ti como garantia de que tengo una deuda que saldar contigo.
Asi fue, como, una vez mas Sidi se salio con la suya y logro pagar la deuda que tan agobiado le tenia a costa del bolsillo del bueno de Ahmed. Pero sucedió que, tan pronto como se vio libre de miedo y peligro, volvio a su vida de desenfreno y se olvido por completo de pagar la deuda que tenia con su primo.
Para cuando llego la eyd almashiat aljadida (la festividad del ganado nuevo), y todos los beduinos del desierto se reunieron para festejar el don de Allah al dotarles de crias de camello y ganado recien parido, la mayor de las hijas de Ahmed, Salima estaba ya en edad casadera.
Como todas las demas mozas de la tribu beduina, bailo en la fiesta para deleite de todos los presentes, en especial de todos los jovenes solteros, pero, cuando regreso a casa, no podia ni imaginar que su danza habia resultado especialmente grata al sultan alsaharaa , el señor de los desiertos que buscaba esposa para su joven hijo.
Fue un gran honor para Ahmed y una grata sorpresa para Salima verse cortejada y pedida en mano por el apuesto hijo del Sultan, obviamente, tal oferta no podia ser rechazada, asi que, se anunciaron los festejos del enlace a los que todos estaban invitados.
El problema, es que, cuando llego el dia, con todo dispuesto para el gran banquete de anuncio de esponsales que el Sultan organizo en su campamento, con el padre , la novia y su familia presente, Sidi el tramposo tambien se presento en el banquete. Nadie habia pensado en invitarlo, pero tampoco nadie quiso afear la celebracion de aquel dia, hechandole a patadas del festejo.
Asi que, sin complejos y desde luego haciendo gala de una absoluta falta de vergüenza , Sidi se sento a la mesa y empezo a comer y beber a cuatro carrillos como si no hubiese un mañana.
Todo se precipito, cuando el hermano pequeño de Salima se escabullo de la mesa de los destacados, y armado con una cuchara de madera, empezo a aporrear la cabeza de Sidi, que a gritos le insultaba llamandole mocoso y exigiendo que parase.
“Tu cabeza pertenece a mi padre , mentiroso...asi que la aporreare cuando me venga en gana”.
El Sultan quiso saber porque aquel incidente estaba haciendo que la joven novia mostrase el bochorno en su cara, asi que, con la vergüenza asomando en su rostro, Ahmed no encontro mas remedio que contar al buen Sultan lo que habia sucedido con la visita de Sidi a su casa unos meses antes.
Entonces se levanto el hijo del Sultan, el joven Rashid y señalo a Sidi,
“Mientras no pagues la deuda, tu cabeza pertenece a mi suegro, asi que dispondremos de ella como nos venga en gana”.
Y diciendo esto, se levanto para propinar un soberano guantazo a Sidi e la cara, y no contento con ello, invito a todos los presentes que lo deseasen a hacer lo mismo.
El problema no fue tanto que se formase una larga cola para abofetear a Sidi, las muchachas se contentaron con dar un suave bofeton o un cachetito y burlarse de el en su cara...lo peor es que, en la cola tambien habia muchos a los que Sidi habia estafado antes, y esos, no se conformaron para nada con una suave bofetada.
Para cuando los presentes en la celebracion se cansaron de golpearle, su rostro estaba destrozado por los golpes, asi que, como pudo, hubo de avandonar la fiesta tambaleandose , con las risas burlonas de todos a sus espaldas.
Agradece haber apostado solo tu cabeza …. - Le dijo el joven Rashid, mientras se retiraba para continuar la fiesta. - Y haz cuenta de pagar tu deuda antes de mi boda, pues la lista de los invitados va a ser bastante mas larga.
No necesitamos decir que Sidi pago su deuda a los pocos dias, y luego se marcho tan lejos , que ni los Djin, los genios del desierto sabrian donde fue a ocultar su miserable alma. Y si el sultan y su hijo se acogieron a la piedad de Allah y solo se contentaron con darle un par de tortas, podria darse por bien escarmentado y satisfecho...y considerar que su deuda habia sido a fin de cuentas, bien pagada.