- Leyenda
de Dinamarca -
En la
época en que el Konungr Gylfe reinaba en lo que hoy es Suecia, llegó a visitarlo una mujer cargada de misterio y de
rara hermosura. El soberano fue seducido por la belleza de la dama y por la
dulzura y armonía de su canto en un banquete que se celebro en honor de la hermosa desconocida. Se dice que su voz era tan melodiosa, que hasta los mastines de caza del monarca, por lo habitual animales fieros y de dificil trato, se tumbaron dociles a los pies de ella, escuchando las notas hipnopticas de la cancion.
. Después que ella hubo permanecido durante varios
días en Palacio, cantando y narrando hermosas historias a Gylfe cada anochecer, el monarca, le preguntó qué deseaba que le ofreciera él en prueba
de gratitud por el placer que le había causado con su presencia y con su canto, pues declaro no haber escuchado relatos tan hermosos ni haber conocido jamas voz tan dulce como la de aquella mujer.
Estaban pues el soberano y la dama a solas en una dependencia del gran hoff y los servidores se habían retirado tras haber traído copas con hidromiel, con el que ambos habían brindado. Al fin, ella poso con cuidado su copa y con una sonrisa respondió:
- ¡Oh
señor!, grande es tu generosidad por mis modestos servicios!. Yo te pido tan sólo una parte de tus tierras. No
temas que vaya a mutilar tu grandioso reino; quiero tan sólo el trozo que yo pueda labrar
durante veinticuatro horas con la ayuda de cuatro bueyes. Con esto me considerare mas que pagada y alabare la generosidad de mi señor.
El Rey alzo los brazos contento y con una sonrisa complaciente contestó:
- Poco es
lo que me pides hermosa dama!. Te lo concedo gustosamente.
Mas esta
mujer no era de raza humana, sino que pertenecía a la familia de los poderosos Ases y tambien amada por los Vanir , los primeros dioses soberanos de los guerreros escandinavos , los segundos padres de la fertilidad de esas tierras y se llamaba Gefjon. Hizo venir pues con un hechizo magico a cuatro
hijos fuertes y poderosos que había tenido de un gigante en el Iothunheim, y los transformo en cuatro bueyes dorados como la mies madura;
después los unció al arado.
Trazó luego con este arado y la poderosa yunta de bueyes un surco alrededor del terreno que
había elegido, y el surco fue tan profundo que toda la parte que rodeaba fue
separada del continente. Con la misma facilidad con la que un cuchillo corta el queso, la tierra se quebro y se separo al paso del arado. Entonces ella unció sus bueyes a este trozo de tierra y
los condujo tirando de ella, de modo que la arrastrasen hasta el mar lejano. Una vez que estuvieron en
la orilla, los sumergió en el agua y estos tiraron con fuerza caminando sobre los mares y los llevó de este modo lejos hasta meter el trozo de tierra separada en el Øresund. Y así nació un nuevo reino la isla que se llamó Zealand.
Cuando el Konungr supo lo sucedido, fue presto a ver el trozo de su reino de donde había sido arrancado y
arrastrado el terreno de la nueva isla. Allí se había formado un lago que tomó a ojos del pueblo el
nombre de Vänern. Pues todos aceptaron que este magico suceso era voluntad de los dioses y nada se podia hacer por cambiarlo.
Es curioso notar que aun en nuestros dias este lago tiene exactamente la misma
forma que la costa de Zealand. Si en ésta hay un cabo que sobresale, en el lago se dibuja en el mismo
sitio gemelo un golfo. Aún hoy la isla y el lago, tienen la misma forma.
- Leyendas de la vieja Dinamarca -
LA LEYENDA DE SKIOLD, EL REY QUE LLEGO POR EL MAR
Corrían
los años del cambio en que la luz
primera del cristianismo no había calado aún por completo en las brumas nórdicas. Los wikingos normandos no
habían extendido todavía sus piraterías más allá del Báltico y el Mar del
Norte. Y la gran mayoria de la fria Escandinavia permanecia aun pagana.
En
Dinamarca, los campesinos y los pescadores vivían sometidos a una soberbia
casta de guerreros que olvidando las viejas tradiciones del Thing, se habian
proclamado señores a golpe de espadas pagadas con la plata obtenida de sus
asaltos como vikingos.
Fue esta
una epoca oscura ya que al mismo tiempo que protegían las costas danesas de los
ataques piratas de otras tribus escandinavas, esclavizaban sin piedad a sus
medrosos y sencillos vasallos que ya casi habian renunciado a recuperar su
status de antaño, bajo las ordenes de sus señores, pero al menos con derecho a
ganarse su libertad y trabajar libres por su sustento y sin continuos tributos.Mala
fue la sombra de lo aprendido por los daneses en sus incursiones por la vieja y
corrompida Europa.
Un día
una extraña sombra de grandes nubes de tormenta oscureció la nitidez de las
brumas que envolvían el litoral. Y en medio del fragor de la tormenta se dibujó
una silueta familiar.Poco a poco fue tomando cuerpo y forma, hasta percibirse
que se trataba de un navío que parecía llegar del Norte.
Una gran cabeza tallada de dragón remataba, amenazadora, la
proa con dos grandes piedras brillantes rojas que parecian escupir fuego por
ojos; una vela cuadrada se hinchaba a impulsos del viento y flameaba su
violenta tonalidad roja sangre , a la que respondía el casco de cuaderna,
también teñido de rojo. Y se cuenta que
adornos de guirnaldas de flores y brillantes espejos realzaban el extraño y
magnífico aspecto del buque que muchos supusieron llegado del otro mundo porque por muy buenos artesanos que
habia en aquel reino, y los habia, ninguno de ellos se jactaba de construir una
nave tan magnifica como aquella.
No
faltaron los que especularon con que aquel navio habia descendido directamente
del Alfheim, ya que dejando de lado su
fantastica factura y riqueza, por otra parte, parecía desierto. Se aproximó a la costa en silencio y varo suavemente en la
playa. No se advertía la presencia de tripulación ni ser animado alguno. Y
quedó encallado en la arena. Y durante dias todos lo observaron temerosos, pero
nadie se atrevio a entrar en el, tal era el reverencial temor que aquella
extraña nave causaba.
Los
pescadores de la zona contemplaron a
prudente distancia el navío intruso. Y temerosos y cautos , quizas persuadidos
de que se trataba de una argucia de los wikingos, pasaron toda la noche en
vigilancia y llamaron en su ayuda a los jarl locales que ante el temor que
aquella extraña nave inspiraba a las gentes, mandaron un grupo a inspeccionar
el navio
. Al día
siguiente llegaron los guerreros pertrechados de sus mejores armas. Y sin
acercarse excesivamente al navío y rodeandolo con puestos de guardia,
deliberaron sobre qué pretenderían sus invisibles ocupantes, quiza ocultos en
la panza del barco. Algunos se aproximaron y con grandes voces provocaron a
combate a los tripulantes, incluso lanzaron varias flechas contra el navio,
pero no hubo respuesta alguna. Ni un rumor respondió a sus desafíos, nada
parecio cambiar en el interior de la magnifica nave. Y, animándose unos a otros
y advirtiendo que si no obtenian respuestas, sus jarl les castigarian por su
cobardia, los guerreros daneses se lanzaron contra la nave y penetraron en ella
al abordaje, con feroces gritos de lucha, puesto que no era la primera vez que
tomaban al asalto un navio enemigo.
Y clamaron victoria. Nadie les hizo frente, no
encontraron espadas a las que abatir ni mujeres a las que presentar como
esclavas a su jarl. Al pie del mástil encontraron un niño, casi desnudo, que
dormía plácidamente, tan solo tapado con un manto de color tan rojo que parecia
hecho de sangre.
. Su edad
podría contarse por días y sin embargo, nadie vio doncella o mujer alguna que
pudiese reclamarle como madre. Descansaba sobre una magnífica alfombra de seda
roja y su cabecita reposaba blandamente
sobre unas mieses. Le rodeaba un magnífico arsenal de armas de la mas bella
factura y un incalculable tesoro en
joyas, gemas y objetos de arte. Un ajuar digno de un rey.
Contemplaron
extasiados la escena. Y prorrumpieron en gritos de entusiasmo: «¡Los dioses nos
lo han enviado! ¡Es un don del cielos!...Allfather nos envia a uno de etre los
suyos!» Tomaron en sus brazos al niño y
tratandolo con reverencia y respeto lo
llevaron ante el Consejo de Señores de la ciudad. Se dice que muchos vieron en
el un simbolo divino, y se arodillaron ante el proclamandose sus leales
siervos, otros, no tan sumisos, planearon deshacerse de aquel mocoso y
continuar con las cosas tal y como estaban hasta entonces.
Los
relatos nos hablan de que el niño medro y llego a ser proclamado soberano, pero
no fue de forma facil, ya que hubo grandes intrigas para acabar con su vida,
pero, a su lado se erguian desde muy pequeño un muro de solidos escudos, hachas
y espadas que le defendian, ya que todos los que entraron aquella noche en la
nave y le encontraron, juraron alli mismo que darian la vida por el “joven
señor de entre los Elfos”. Y asi reino en la sombra desde muy niño.Aunque solo
fuese entre un puñado de leales.
Y a la temprana edad de 14 años, se le llevo a
hombros de sus fieles al gran Hoff y allí fue nombrado rey de Dinamarca, y le
llamaron todos Skiold, esto es,
«escudo», puesto que, mecido entre escudos, le había traído el mar. Y el pueblo
le aclamaba como gran soberano, y sus detractores tuvieron que plegarse a su
voluntad o caer bajo la espada y las armas del pueblo.
Educado
por los guerreros, bien pronto fue Skiold un gran cazador , un valeroso
guerrero y un luchador invencible; apenas era un adolescente recien elevado
como Konungr, cuando en una cacería venció en desigual combate, cuerpo a
cuerpo, a un oso, y sólidamente atado, lo llevó al palacio, como trofeo de
victoria. Y ciertamente parecia protegido por un aura divina, como si realmente
los dioses hubiesen posado la mano sobre el, y nada pudiese abatirle.
Los
sajones creyeron que sería fácil dominar un país regido por un niño, rodeado de
supersticiosos hombres que le creian casi semidivino, asi que armaron una
solida flota y un poderoso ejercito y desembarcando en las playas,
empezaron las hostilidades y lo
invadieron.
Quince años tenía entonces el joven Skiold. Se
puso sobre la cabeza un casco con visera quehabia llegado con el en su
nave, se ciño una magnifica cota dorada y tomo un hacha y una espada de
magnifica factura y salio al combate al frente de sus fieles tropas y se opuso a los extranjeros, que, a los
pocos asaltos, diezmados , derrotados y desorganizados, comenzaron a ceder terreno
y a emprender la huida en desbandada hacia la playa.
Se
adelantó Skiold sobre su ligero caballo, y desafió al jefe enemigo Skat a
combate singular, ofreciendo una salida honrosa a sus tropas derrotadas de su
pais a cambio de un combate que le
midiese con el. Y le venció sin demasiadas dificultades pese a su corta edad. A
continuación se casó con la lindísima hija de su rival. De este modo, sello un
pacto con el linaje del vencido y se aseguraba la paz entre ambos pueblos en
generaciones venideras.
Después
de esta victoria, poderoso y respetado el reino danés, conoció aún muchos años
de gloria y justicia bajo la mano generosa y benigna de Skiold. Se le conocia
como justo y equilibrado, y ciertamente el pueblo conocio al mejor de los
señores y recuperaron la luz de los antiguos tiempos.
Cuando le llegó el momento de morir, llamó a
sus nobles cortesanos y les dijo:
- Mi fin
ha llegado. Muero contento, porque Dinamarca es ya fuerte y feliz y la mala
mies ha sido cortada. Y pues que el mar me trajo, a este país, que sus aguas
lleven ahora mi cuerpo adonde quieran los dioses dispongan. Cuando muera,
trasladad mi cadáver al navío de la roja vela cuadrada que aún permanece varado
en una pequeña bahía. Tended la vela, y que los vientos se lleven el bajel
sobre las olas. Vuelva mi cuerpo al lugar de donde parti…
Así lo
hicieron según cuenta la leyenda y se dice que jamas rey alguno sobre la tierra
de Dinamarca recibio tantas muestras de devocion y respeto por su pueblo.
Cuando expiró, ciñeron su cabeza con la corona real y en sus manos colocaron la
espada nunca vencida , colocaron a sus pies los escudos de todos los grandes
rivales que tuvo que vencer para dar estabilidad a su reino.
Y el
pueblo acompañó a su Rey hasta el navío que le había traído y que había de
llevárselo. Todos lloraban, conmovidos, y todos, pobres y ricos, llevaban sus
ofrendas, hasta que el navio se combaba por el peso de tanto como el pueblo
entrego a su soberano para su ultimo viaje. Colocaron el cuerpo del soberano
junto al mástil y lo cubrieron de flores y joyas, y «bajo su cabeza, un haz de
mieses recién cortadas». Pues tal habia sido su estandarte en vida, dos puños
cruzados, uno de ellos sosteniendo un haz de mieses, el otro una espada.
Empujaron el buque hacia el mar. Y se
dice que las hijas de Ran acunaron la nave y la separaron de la costa. Las olas
y los vientos le impulsaron lejos de la orilla, mientras las gentes permanecían
alli, inmoviles hasta que el navio se perdio en la lejania. Y la niebla le
acogió entre sus velos, y poco a poco el bajel de Skiold fue esfumándose,
sombra apenas perceptible que empañaba la limpidez de las brumas.
Desde
entonces, muchos aun vigilan la playa, esperan que algun dia emerja de los
mares un navio y les traiga otro señor, fuerte leal y justo. Dadivoso con la
entrega de la mies…fuerte empuñando su espada!.
Como engañar a un Troll : (Leyenda Danesa)
Un granjero, que tenía un pequeño montículo en sus campos, llevaba una larga temporada sin recibir mucho de la tierra que sembraba por lo duro y pedregoso del terreno, tan solo quedaba en las proximidades un lugar donde se podria plantar y sembrar con ciertas garantias, un tumulo que habia cerca del linde de sus tierras.
Habia oido hablar de los comentarios de todos sus vecinos que contaban que el monticulo estaba encantado, pero dado el mucho esfuerzo que ponia en sus siembras y el nulo resultado, decidió que no iba a dejarlo sin cultivar, y empezó a trabajarlo de todas formas roturandolo con su arado.
Entonces el Troll, que vivía en el montículo, salió fuera ya con las primeras luces del atardecer y preguntó muy cabreado quién era tan desafiante como para arar en su techo y que derecho tenia para perturbar la paz de su morada. El granjero se asusto bastante y tratando de ser conciliador le dijo que él no sabía que aquello fuera su techo y que nunca habia oido que morase criatura alguna en aquello que el penso que no era mas que una tierra baldia, y también le dijo tratando de ser todo lo diplomatico que fue capaz que era una desventaja para ambos dejar tan buena pieza de tierra sin cultivar, pudiendo dar aquella tierra buen provecho para ambos;
.
Declaro pues que él quería arar, sembrar y cultivar cada año, y como muestra de su buena voluntad prometio que iba a dar al Troll un año todo lo que creciera del lado de arriba y se iba a quedar él todo lo de abajo, y al revés al año que siguiera, de esa forma ambas partes estarian contentas con lo ganado.
El Troll estuvo de acuerdo con esto pues le parecio un gran trato, ya se relamia pensando en lo que sacaria para alimentarse sin esfeurzo alguno. Sin embargo no tenia ni idea de agricultura ni de la astucia del campesino que resolvio como burlar la promesa que habia hecho al troll.
En el primer año el hombre cultivó zanahorias y nabizas y se quedo con toda la cosecha, y al año siguiente, toda clase de cereales y espigas. De esta forma burlo al troll y no falto a su promesa, dió al toll los tallos de las zanahorias y las raíces del maíz. Pese a todo, el troll hizo un caldo amargo con ellas, y no mostro queja alguna... desde entonces se entienden ambas partes y todo parece transcurrir feliz en la granja al lado del tumulo.
Basado en un. Cuento tradicional de Noruega.:
Siempre
se ha dicho que en los bosques escandinavos habitan criaturas encantadas y
misteriosas. ¿Las has visto alguna vez? .En las frías tierras de Escandinavia,
se cuenta que dos hermanos se quedaron
huérfanos: Una tormenta de nieve acabó con la vida de sus padres y tuvieron que
vender por poco dinero lo poco que quedaba de su maltrecha granja, pues excasa
idea tenian de cómo sacarla adelante.
Así es
que decidieron ir a buscar trabajo al otro lado del bosque de Hedal, pues de lo
poco que podian presumir es de ser habiles con el hacha , pues se habian
labrado una buena reputacion con su padre cortando troncos para trabajar
después con sus maderos.
Pero
sucedió que el bosque que tenian que cruzar hasta la comarca vecina era famoso por las extrañas criaturas que
habitaban en él. Los dos jóvenes eran muy valientes y no era la primera vez que
pasaban la noche en medio de la foresta, pero cuando escucharon en plena noche
un profundo bufido que venía del bosque, empezaron a castañearles los dientes y
se abrazaron muertos de miedo, porque sabian que aquel ruido no provenia de
ningun animal conocido.
Tres
gigantescos trolls se aproximaban torpemente hacia ellos enfilando por el sendero. Asi que se ocultaron como
buenamente pudieron entre los arbustos y guardando forzado silencio, se
dedicaron a observar y esperar.
Los trolls eran enormes, y tenian un aspecto
realmente terrorifico, con enormes brazos que balanceaban al caminar y un
espeso pelaje lleno de mugre y suciedad.Pero los dos hermanos se dieron cuenta
enseguida de que no eran tan peligrosos como parecían, porque tan sólo
disponían de un ojo para los tres.De esto venian discutiendo entre ellos a
grandes voces, peleandose para manejar el curioso ojo de cristal y poder ver a
traves de el… Pero para desgracia de los jóvenes, cansados de caminar, se
sentaron en el claro y no parecian tener intencion de ir a ninguna parte.
Lo peor
es que la noche estaba terriblemente fria y no era un buen plan pasarla alli
acurrucados esperando al amanecer, donde sin duda, les delatarian sus ruidos o
serian vistos con claridad pese a que los troll poseyesen tan solo un solo ojo.
Así es que los hermanos resolvieron enfrentar
el problema, y saliendo de su escondite, empezaron a dar vueltas alrededor de
los troll, tratando de hacer tanto ruido como les fuese posible y de moverse
con toda la velocidad de la que eran capaces. De este modo comenzaron a darles
golpes en las piernas con el mango de las hachas, sin parar en ningun momento
de dar alaridos y moverse
. Los
trolls intentaban atraparlos, con evidentes muestras de confusion y de no tener
la menor de las ideas de que estaba sucediendo, dando torpes manotazos al aire
pero sin resultados. Se revolvían de un lado a otro y se intercambiaban el ojo
para ver lo que pasaba, aunque evidentemente, los muchachos se movian bastante
mas rapido que ellos, y les estaban moliendo a palos, hasta que la
desesperación y el dolor se apoderaron de los gigantes de tal forma que ya no
podían luchar ni avanzar, ni alcanzar a ver nada ni pensar con claridad.
En un
descuido, el ojo se les cayo al suelo y se perdio entre la hojarasca, asi que
quedaron por completo ciegos, y suerte tuvieron de que los muchachos se
contentaron con darles una soberana paliza con los mangos de sus hachas, pero
no les remataron con sus hojas. Y allí se quedaron, en medio del camino, en un
amasijo de dolor y gemidos. Mientras tanto, con las primeras luces del alba,
los dos hermanos ya habian empezado a
marchar a la carrera y antes de que rayase el alba cruzaban el bosque
triunfantes.
De los
troll jamas se supo, los mas piadosos, les conceden la suerte de haber
encontrado el ojo justo a tiempo para darse cuenta de que el sol se les venia
encima…y enterrarse con hojas en medio del claro. No se salvaron de alguna
grave quemadura , pero al menos sobrevivieron hasta la caida de la noche.
Otros mas
crueles, dicen que no encontraron el ojo, y que por eso en medio del bosque,
hay tres enormes rocas formando un circulo….no son otra cosa que los tres
hermanos Trolls que se pretrificaron bajo la luz de Sunna al rayar la mañana.
El miedo
normalmente nos paraliza más que el peligro en sí, y por eso la única manera de
vencerlo es no pensar en él y hacerle frente!.

Adaptacion libre de un cuentecito para niños tradicional en Suecia:
Había una vez un grupo de duendes mal intencionados que vivian en los lindes de un bosque, vivian despreocupados cerca de una vieja granja de un humano, un lugar que ciertamente ya habia vivido sus tiempos de gloria en un pasado bastante lejano.
Solo habitaba la granja un pobre y solitario anciano que obviamente se habia quedado solo, ya fuese porque nunca habia tenido hijos o porque su familia habia ya fallecido. A los duendes les parecia que aquel arrugado anciano era poco menos que un espantajo que no les merecia el mayor de los respetos, asi que dedicaban gran parte de su tiempo a burlarse del pobre viejecito que ya casi no podía moverse por los achaques naturales de su edad, ni ver mas alla de un palmo escaso en frente de si, ni oir mas que lo que sucedia a pocos pasos de su persona. Asi que le atormentaban sin pausa causandole continuos sustos y temores, sin respetar ni su persona ni su edad.
La situación llegó a tal extremo, que un dia que los dos cuervos de Allfather regresaban a casa tras su ronda diaria por Midgard, observaron lo que sucedia, y se guardaron todo lo visto para contarlo a Odin mientras reposaban en su hombro, narrandoles como cada atardecer, lo que habian visto volando por el mundo.
Odin ya casi habia olvidado a los nacidos de la carne del gran gigante, pero penso que, pese a que se les habia concedido libertad para vivir a su antojo en Midgard, tal comportamiento era inadmisible con un indefenso anciano . Asi que decidió darles una lección, y una noche, decidio descender a ocuparse del asunto el mismo y con un conjuro tomo la apariencia del anciano.
Sucedió que como cada noche, los duendes llegaron a hacer sus trastadas y a atormentar al viejo que suponian medio ciego, cojo y sordo. Se pasaron la noche tirando toda clase de cosas a su derredor, mientras lo insultaban y se burlaban con grandes risas. Pero Odin tan solo murmuro unas palabras y desde ese momento, cada insulto contra el anciano obraba el efecto contrario en el, y lo empeoraba en el duende que insultaba, de forma que al llamarle "torpe" , "·estupido" , "ciego" y demas cosas, los que iban àdquieriendo estas taras eran los duendes,pero Allfather obro su hechizo sin que se dieran cuenta de ello. Así, cuanto más llamaban "viejo tonto" al anciano, más joven y lúcido se volvía éste, al tiempo que el duende envejecía y se hacía más torpe y desgarbado. Asi, Odfin abandono el lugar , dejando activo el hechizo, y el anciano iba sintiendose cada dia mas fuerte y saludable, con las continuas visitas de los duendes, que victimas del hechizo, ya no veian al hombre que ya no era un anciano, sino un saludable hombre de media edad pleno de vigor y fuerzas. Ellos seguian viendo al anciano torpe y mermado del que burlarse sin compasion.
Y con el paso del tiempo, aquellos malvados duendes fueron convirtiéndose en seres horriblemente feos, tontos y torpes sin siquiera saberlo. Finalmente Odin penso que ya tenian suficiente castigo y permitió a los duendes ver su verdadero aspecto a la luz de la luna en el reflejo de un estanque, y éstos comprobaron aterrados y muy asustados que se habían convertido en las horribles criaturas que hoy conocemos como trolls.
Y tan ocupados como estaban faltando al respeto al anciano y regodeandose en su propia maldad y crueldad, no fueron capaces de descubrir que eran sus propias acciones las que les estaban convirtiendo en unos monstruos , hasta que ya fue demasiado tarde. No obstante, dicen que Odin les perdono y en su castigo obtuvieron parte del perdon, ya que sus excasas entendederas ahora no les permiten recordar como terminaron transformandose en lo que ahora son.
Hoy en dia, los trolls no suelen acercarse a los humanos, son torpes y lentos, nada que ver con su agilidad de antaño, no lograrian regresar a sus cuevas antes de la salida de Sunna. Asi que se cuidan mucho de acercarse a las granjas, y se limitan a vivir en sus cuevas, en lo mas oculto de los bosques y montañas. Quiza sea mejor asi....para todos!.