Leyendas de la vieja Dinamarca ( I ): Skiold el Rey que llego del mar.
Publicado por HEATHENPRIDE , sábado, 12 de mayo de 2012 4:10
- Leyendas de la vieja Dinamarca -
Corrían
los años del cambio en que la luz
primera del cristianismo no había calado aún por completo en las brumas nórdicas. Los wikingos normandos no
habían extendido todavía sus piraterías más allá del Báltico y el Mar del
Norte. Y la gran mayoria de la fria Escandinavia permanecia aun pagana.
En
Dinamarca, los campesinos y los pescadores vivían sometidos a una soberbia
casta de guerreros que olvidando las viejas tradiciones del Thing, se habian
proclamado señores a golpe de espadas pagadas con la plata obtenida de sus
asaltos como vikingos.
Fue esta
una epoca oscura ya que al mismo tiempo que protegían las costas danesas de los
ataques piratas de otras tribus escandinavas, esclavizaban sin piedad a sus
medrosos y sencillos vasallos que ya casi habian renunciado a recuperar su
status de antaño, bajo las ordenes de sus señores, pero al menos con derecho a
ganarse su libertad y trabajar libres por su sustento y sin continuos tributos.Mala
fue la sombra de lo aprendido por los daneses en sus incursiones por la vieja y
corrompida Europa.
Un día
una extraña sombra de grandes nubes de tormenta oscureció la nitidez de las
brumas que envolvían el litoral. Y en medio del fragor de la tormenta se dibujó
una silueta familiar.Poco a poco fue tomando cuerpo y forma, hasta percibirse
que se trataba de un navío que parecía llegar del Norte.
Una gran cabeza tallada de dragón remataba, amenazadora, la
proa con dos grandes piedras brillantes rojas que parecian escupir fuego por
ojos; una vela cuadrada se hinchaba a impulsos del viento y flameaba su
violenta tonalidad roja sangre , a la que respondía el casco de cuaderna,
también teñido de rojo. Y se cuenta que
adornos de guirnaldas de flores y brillantes espejos realzaban el extraño y
magnífico aspecto del buque que muchos supusieron llegado del otro mundo porque por muy buenos artesanos que
habia en aquel reino, y los habia, ninguno de ellos se jactaba de construir una
nave tan magnifica como aquella.
No
faltaron los que especularon con que aquel navio habia descendido directamente
del Alfheim, ya que dejando de lado su
fantastica factura y riqueza, por otra parte, parecía desierto. Se aproximó a la costa en silencio y varo suavemente en la
playa. No se advertía la presencia de tripulación ni ser animado alguno. Y
quedó encallado en la arena. Y durante dias todos lo observaron temerosos, pero
nadie se atrevio a entrar en el, tal era el reverencial temor que aquella
extraña nave causaba.
Los
pescadores de la zona contemplaron a
prudente distancia el navío intruso. Y temerosos y cautos , quizas persuadidos
de que se trataba de una argucia de los wikingos, pasaron toda la noche en
vigilancia y llamaron en su ayuda a los jarl locales que ante el temor que
aquella extraña nave inspiraba a las gentes, mandaron un grupo a inspeccionar
el navio
. Al día
siguiente llegaron los guerreros pertrechados de sus mejores armas. Y sin
acercarse excesivamente al navío y rodeandolo con puestos de guardia,
deliberaron sobre qué pretenderían sus invisibles ocupantes, quiza ocultos en
la panza del barco. Algunos se aproximaron y con grandes voces provocaron a
combate a los tripulantes, incluso lanzaron varias flechas contra el navio,
pero no hubo respuesta alguna. Ni un rumor respondió a sus desafíos, nada
parecio cambiar en el interior de la magnifica nave. Y, animándose unos a otros
y advirtiendo que si no obtenian respuestas, sus jarl les castigarian por su
cobardia, los guerreros daneses se lanzaron contra la nave y penetraron en ella
al abordaje, con feroces gritos de lucha, puesto que no era la primera vez que
tomaban al asalto un navio enemigo.
Y clamaron victoria. Nadie les hizo frente, no
encontraron espadas a las que abatir ni mujeres a las que presentar como
esclavas a su jarl. Al pie del mástil encontraron un niño, casi desnudo, que
dormía plácidamente, tan solo tapado con un manto de color tan rojo que parecia
hecho de sangre.
. Su edad
podría contarse por días y sin embargo, nadie vio doncella o mujer alguna que
pudiese reclamarle como madre. Descansaba sobre una magnífica alfombra de seda
roja y su cabecita reposaba blandamente
sobre unas mieses. Le rodeaba un magnífico arsenal de armas de la mas bella
factura y un incalculable tesoro en
joyas, gemas y objetos de arte. Un ajuar digno de un rey.
Contemplaron
extasiados la escena. Y prorrumpieron en gritos de entusiasmo: «¡Los dioses nos
lo han enviado! ¡Es un don del cielos!...Allfather nos envia a uno de etre los
suyos!» Tomaron en sus brazos al niño y
tratandolo con reverencia y respeto lo
llevaron ante el Consejo de Señores de la ciudad. Se dice que muchos vieron en
el un simbolo divino, y se arodillaron ante el proclamandose sus leales
siervos, otros, no tan sumisos, planearon deshacerse de aquel mocoso y
continuar con las cosas tal y como estaban hasta entonces.
Los
relatos nos hablan de que el niño medro y llego a ser proclamado soberano, pero
no fue de forma facil, ya que hubo grandes intrigas para acabar con su vida,
pero, a su lado se erguian desde muy pequeño un muro de solidos escudos, hachas
y espadas que le defendian, ya que todos los que entraron aquella noche en la
nave y le encontraron, juraron alli mismo que darian la vida por el “joven
señor de entre los Elfos”. Y asi reino en la sombra desde muy niño.Aunque solo
fuese entre un puñado de leales.
Y a la temprana edad de 14 años, se le llevo a
hombros de sus fieles al gran Hoff y allí fue nombrado rey de Dinamarca, y le
llamaron todos Skiold, esto es,
«escudo», puesto que, mecido entre escudos, le había traído el mar. Y el pueblo
le aclamaba como gran soberano, y sus detractores tuvieron que plegarse a su
voluntad o caer bajo la espada y las armas del pueblo.
Educado
por los guerreros, bien pronto fue Skiold un gran cazador , un valeroso
guerrero y un luchador invencible; apenas era un adolescente recien elevado
como Konungr, cuando en una cacería venció en desigual combate, cuerpo a
cuerpo, a un oso, y sólidamente atado, lo llevó al palacio, como trofeo de
victoria. Y ciertamente parecia protegido por un aura divina, como si realmente
los dioses hubiesen posado la mano sobre el, y nada pudiese abatirle.
Los
sajones creyeron que sería fácil dominar un país regido por un niño, rodeado de
supersticiosos hombres que le creian casi semidivino, asi que armaron una
solida flota y un poderoso ejercito y desembarcando en las playas,
empezaron las hostilidades y lo
invadieron.
Quince años tenía entonces el joven Skiold. Se
puso sobre la cabeza un casco con visera quehabia llegado con el en su
nave, se ciño una magnifica cota dorada y tomo un hacha y una espada de
magnifica factura y salio al combate al frente de sus fieles tropas y se opuso a los extranjeros, que, a los
pocos asaltos, diezmados , derrotados y desorganizados, comenzaron a ceder terreno
y a emprender la huida en desbandada hacia la playa.
Se
adelantó Skiold sobre su ligero caballo, y desafió al jefe enemigo Skat a
combate singular, ofreciendo una salida honrosa a sus tropas derrotadas de su
pais a cambio de un combate que le
midiese con el. Y le venció sin demasiadas dificultades pese a su corta edad. A
continuación se casó con la lindísima hija de su rival. De este modo, sello un
pacto con el linaje del vencido y se aseguraba la paz entre ambos pueblos en
generaciones venideras.
Después
de esta victoria, poderoso y respetado el reino danés, conoció aún muchos años
de gloria y justicia bajo la mano generosa y benigna de Skiold. Se le conocia
como justo y equilibrado, y ciertamente el pueblo conocio al mejor de los
señores y recuperaron la luz de los antiguos tiempos.
Cuando le llegó el momento de morir, llamó a
sus nobles cortesanos y les dijo:
- Mi fin
ha llegado. Muero contento, porque Dinamarca es ya fuerte y feliz y la mala
mies ha sido cortada. Y pues que el mar me trajo, a este país, que sus aguas
lleven ahora mi cuerpo adonde quieran los dioses dispongan. Cuando muera,
trasladad mi cadáver al navío de la roja vela cuadrada que aún permanece varado
en una pequeña bahía. Tended la vela, y que los vientos se lleven el bajel
sobre las olas. Vuelva mi cuerpo al lugar de donde parti…
Así lo
hicieron según cuenta la leyenda y se dice que jamas rey alguno sobre la tierra
de Dinamarca recibio tantas muestras de devocion y respeto por su pueblo.
Cuando expiró, ciñeron su cabeza con la corona real y en sus manos colocaron la
espada nunca vencida , colocaron a sus pies los escudos de todos los grandes
rivales que tuvo que vencer para dar estabilidad a su reino.
Y el
pueblo acompañó a su Rey hasta el navío que le había traído y que había de
llevárselo. Todos lloraban, conmovidos, y todos, pobres y ricos, llevaban sus
ofrendas, hasta que el navio se combaba por el peso de tanto como el pueblo
entrego a su soberano para su ultimo viaje. Colocaron el cuerpo del soberano
junto al mástil y lo cubrieron de flores y joyas, y «bajo su cabeza, un haz de
mieses recién cortadas». Pues tal habia sido su estandarte en vida, dos puños
cruzados, uno de ellos sosteniendo un haz de mieses, el otro una espada.
Empujaron el buque hacia el mar. Y se
dice que las hijas de Ran acunaron la nave y la separaron de la costa. Las olas
y los vientos le impulsaron lejos de la orilla, mientras las gentes permanecían
alli, inmoviles hasta que el navio se perdio en la lejania. Y la niebla le
acogió entre sus velos, y poco a poco el bajel de Skiold fue esfumándose,
sombra apenas perceptible que empañaba la limpidez de las brumas.
Desde
entonces, muchos aun vigilan la playa, esperan que algun dia emerja de los
mares un navio y les traiga otro señor, fuerte leal y justo. Dadivoso con la
entrega de la mies…fuerte empuñando su espada!.
Gracias por publicar esta historia. Estoy buscando una Antigua leyenda que leia de chica, "El hombre de las aguas" en la que habla de una flor de fuego que florece en lo mas oscuro del bosque solamente una vez al an~o. Creo que era de Dinamarca porque habla de una muchacha de cabellos rubios y largos, y de unos suecos pintados de rojo. Sabra usted de esta leyenda?