Kjart Stingy : Kjart el tacaño (Leyenda tradicional de Yule Islandesa).

Publicado por HEATHENPRIDE , domingo, 30 de diciembre de 2018 4:06


De Kjart todos hablaban en su aldea en la lejana Islandia, todos tenian algo que decir del viejo huraño que eligio habitar la ultima casa antes de llegar a la aldea, no muy lejos de la entrada del pueblo, pero si lo suficiente alejada para que hubiese que pegarse una buena caminata para llegar a casa de Kjart.

Eso seria, si realmente alguien tuviese interes en visitar al viejo cascarrabias, pues era una persona realmente mal encarada, irascible y poco sociable, nunca tenia una palabra amable con nadie, y invariablemente , encontrarse con el , aunque fuese de casualidad siempre derivaba en acabar discutiendo por cualquier tonteria y acabar dejandole solo, con el ceño siempre fruncido.

El mal carácter de Kjart habia acabado por comvertirle en un hombre solitario al que todos en la aldea preferian evitar en lo posible, se habian acostumbrado tanto a sus constantes desplantes y salidas de tono, que habian terminado por dejarle solo, viviendo a su aire y sin visitas de ningun tipo, al fin de cuentas, nadie era bien recibido en casa de Kjart, asi que nadie buscaba tampoco su compañía.

De esta forma, Kjart vivia en absoluta soledad y con los años, se habia comvertido en un ser avaro y huraño, que atesoraba cualquier cachivache que encontraba como si se tratase de un autentico tesoro...No era en absoluto un hombre rico, pero tampoco una persona que albergase el mas minimo escrupulo en apropiarse de lo ajeno con tal de ahorrarse unas monedas.

Llegada la fria estacion de Yule , Kjart se volvia mas irascible todavia, conocia la vieja costumbre de ofrecer hospitalidad a todos los visitantes por estas fechas, y tambien la “wassail rida” , la ronda de salutaciones , con la que grandes y pequeños solian recorrer la aldea en los festejos de Yule. Pero a el no le apetecia compartir nada.... lo suyo era suyo y bien suyo!.

Asi que, en una de las primeras noches de Yule, se dio cuenta de que se quedaba sin grasa para iluminar las lamparas de su casa... pero como ya hemos dicho, era demasiado tacaño y huraño para acudir a la aldea a comprarla en el mercado o a ofrecer algo a cambio por ella como era la costumbre.

Decidio salir de madrugada rumbo al pequeño puerto de la aldea, alli siempre se guardaban en un par de toneles una buena provision de grasa de foca o ballena para servicio de los pescadores de la aldea que precisaban iluminarse en sus trabajos nocturnos. Sabia que aquella grasa pertenecia a la comunidad y que estaria en los barracones del puerto, siempre abiertos pues casi todos los dias del año, alguien salia a pescar o trabajaba en el puerto reparando aparejos o las barcas... pero no en Yule... en estas fiestas, el puerto estaria desierto y seria sumamente facil entrar en los almacenes y tomar toda la grasa que le pareciese sin que nadie le descubriese.

Asi que tomo una vieja olla y un cucharón y salio de su casa , rumbo al puerto, iba tan absorto en la idea de conseguir la grasa a cero costo, que no se dio cuenta de que habia dejado la puerta de su casa abierta, no habia cerrado con llave tal y como solia hacer siempre que salia.

Cuando tras caminar el largo trecho que le separaba del puerto, bien embozado en su raido capote para soportar el frio de la noche, por fin llego al almacen, su gozo cayo en un pozo.

Pues dado que en las fechas festivas nadie salia a faenar ni ofendia a los dioses trabajando en estas jornadas de celebracion, el barracon estaba cerrado, sujeta la puerta con una gruesa cadena y un candado que el avaro Kjart no tenia forma de reventar.

Aun andubo largo rato alrrededor del barracon, pateando tablas y intentando encontrar por donde colarse dentro, pero tras un buen rato, acabo por desistir y muy enfadado y refunfuñando, emprendio el camino a casa.

Pero cuando llego, se encontro con algo terrible, la mitad de sus cachivaches estaban tirados fuera de la casa , y tras entrar en ella corriendo, comprendio que algun grupo de seres aun mas desalmados que el mismo, habian aprovechado su ausencia para asaltar su hogar y llevarse lo poco de valor que en el pudiese tener.

Nunca se llego a saber que habia sucedido, si una banda de varg, los fuera de toda ley, habian asaltado la casa, si habia sido cosa de Trolls como llego a afirmar Kjart o si simplemente, algun animal salvaje entro en la casa y lo destrozo todo... En todo caso, poco o nada en la casa quedo sano, y para colmo de males, la excasa comida que habia en la casa habia desaparecido, o lo poco que quedaba, estaba tirado por el suelo, tan sucio que ni los animales se atreverian a aprovecharlo para intentar comer.

De esta forma, la avaricia de Kjart se volvio contra su propia persona, y acabo sin nada, salvo la raida ropa que llevaba encima...Asi que, tras intentar sobreponerse como buenamente pudo de tal desastre, se dio cuenta de que no podia quedarse en su casa sin lo mas elemental para sobrevivir al invierno.

Hacer de tripas corazon y acercarse a la aldea , era algo que dolio mas a Kjart, cascarrabias por naturaleza y tan orgulloso que realmente, tener que reconocer ante todos su lamentable situacion , le dolia mas que si le hubiesen propinado una buena paliza para robarle.

Y sin embargo, se vio obligado a presentarse al alba del dia siguiente, tras dormir poco y mal entre los despojos de su casa, con la unica compañía de un fuego que encendio en la chimenea con los restos de sus muebles rotos, y tras cenar un mendrugo de pan duro que fue lo unico decente que encontro para comer....

Todos los que se reunian en la aldea en medio de la plaza para los festejos y comenzar la ronda de salutaciones, se sorprendieron al verle aparecer con un aspecto mucho mas desastrado que de costumbre, y dejarse caer de rodillas ante todos, llorando como un niño y contando que le habian robado y destrozado la casa... que ya nada le quedaba.

No faltaron los que desconfiasen de el, mas de uno penso que se trataba de una estratagema para conseguir regalos gratis, de ser tal el caso, esta vez Kjart habria sobrepasado todos los limites. Sin embargo, la insistencia y los llantos de Kjart acabaron por derribar casi todas las suspicacias, y el remate fue cuando un jinete llego a la aldea , sin duda algun invitado de ultima hora y corroboro la historia del viejo avaro, contando que habia visto su casa realmente destrozada.




Kjart fue incluido en la ronda de salutacion, y apesadumbrado y sin entender en que podia remediar aquello a su triste circunstancia, acabo aceptando formar parte del cortejo festivo, aunque solo fuese por no ofender a los aldeanos que necesitaba como unica fuente posible de ayuda.

De esta forma, Kjart recorrio casa a casa toda la aldea, entre canticos y risas, y como uno mas, participo de los festejos y de los dulces y la bebida que se ofrecian en todas las casas. Al menos, eso sacio su hambre y su sed. Aunque le costo adaptarse al ambiente festivo general, y poco a poco, acabo formando parte de la fiesta, llegando a disfrutar de ella y a olvidarse por un momento de todos sus problemas.

Aunque lo mejor para Kjart , fue al final, con la ronda ya terminada y cuando todos volvieron a reunirse en la plaza, con un carro cargado de regalos. Todos sonreian y decian medio en broma, medio en serio “vamos a enseñar a este viejo cascarrabias el verdadero sentido del Yule”.

Entre canticos, todos se encaminaron tirando de la carreta hacia casa de Kjart, y entre todos, no tardaron en adecentarla y en acomodar los presentes en su interior, con lo que la casa del viejo Kjart quedo a las mil maravillas, incluso mejor de lo que estaba antes de ser robada.

Del viejo Kjart se dice que a partir de ese dia , cambio su forma de ser, su casa estaba siempre abierta a todos, y a todos recibia con una amplia sonrisa agradecida. Dicen que los dioses le mantuvieron con vida aun largos años... y que mientras vivio, se comvirtio en un gran defensor de la tradicion de la ronda de saludos... tallando durante todo el año regalos para los mas pequeños y participando activamente en las historias alrrededor del fuego... aunque pocas historias que pudiese contar, pudieron competir con la sucedida aquel Yule...

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